Eugenia VELÁZQUEZ
OAXACA, (#página3.mx).- Llevas dos días dando vueltas, entrando y saliendo de papelerías, librerías, tiendas de uniformes y zapaterías. Recorres los anaqueles para hilvanar mentalmente sumas y restas, multiplicaciones y divisiones entre costos, cantidad de artículos, número de hijos y el sueldo de dos quincenas.
Frente a ti las pirámides de cuadernos, mochilas en fila, cajitas de colores de decenas de marcas. Tratas de adivinar qué útiles vendrán en las listas que hasta el momento no han entregado en las escuelas públicas.
- – Ya llevo mil pesos y aún falta mucho – explicas.
- – Qué porcentaje de su lista lleva surtida hasta el momento con ese dinero?
- – No, a nosotros no nos han dado lista. Estamos comprando lo que creemos que nos van a pedir como colores, diccionario, lápices, plumas y algunas libretas.
Sigues comparando precios, la decisión de compra es complicada como el escenario de incertidumbre palpado ente las advertencias de los maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de no iniciar clases en las escuelas públicas.
Aún así, hay que continuar con las compras -piensas- para aventajar a las largas filas en las tiendas, a los altos costos o al agotamiento de los productos en las papelerías.
En este año emplearás entre seis y ocho mil pesos para comprar todo lo relativo al regreso a clases de tus dos hijas y un hijo que asisten a la primaria.
El peregrinar continúa, mientras que el dinero en tus bolsillos se diluye con la facilidad del agua entre los dedos.