Desde entonces, Cunha es un ciudadano más, sin poder oficial y, lo que es más grave, sin aforamiento.
Entonces Cunha endureció la oposición que hacía a la presidenta Dilma Rousseff.
Ese tipo de comunicaciones sutiles son típicas en Cunha, un hombre frío, calculador y sobradamente inteligente.
Como siempre, Cunha, el Papibaru, tiene un plan para el futuro: anoche contó que pensaba escribir un libro sobre el impeachment.
Cunha se enfrenta a penas graves, incluyendo la cárcel, y bien puede entregar a alguno de sus cómplices para rebajar su castigo.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/13/america/1473789298_595695.html