Los simpatizantes de Trump podrían decir algo similar: “Nunca votaré para presidente a alguien que hable y actúe como presidente”.
Trump perdió el debate según la mayoría de los sondeos, aunque incluso ello está sujeto a discusión.
La frivolidad de Berlusconi palidece ante los despropósitos de Trump.
En otras palabras, los defectos de Trump son sus virtudes; las de Hillary, su némesis.
Me recuerda la vieja sentencia de Groucho Marx: “Nunca pertenecería a un club que tuviera a un socio como yo”.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/28/mexico/1475099715_074295.html