San Pedro Teutila, Oax., (#página3.mx).- El viernes 23 de septiembre, dos días después de que se colapsara un tramo de la carretera Jalapa de Díaz-Usila que dificulta la comunicación a miles de pueblos indígenas de las regiones chinanteca y cuicateca, se anunció el arribo de la empresa que repararía los daños; sin embargo, el trabajo no fue priorizado por las autoridades.Principalmente los días sábados y domingos, habitantes de comunidades cercanas y de la cabecera municipal bajan a otros pueblos, en su mayoría a San Juan Bautista Tuxtepec, para realizar diversas actividades; la venta de productos, el surtimiento de sus negocios y otras cuestiones personales, pero han tenido que lidiar con una carretera en mal estado y hasta el momento desatendida por sus autoridades.
Aproximadamente 400 personas son las que en este fin de semana, y cada que se incomunica la carretera en el punto conocido como Santo Domingo del Río, deben soportar el martirio de transbordar de vehículo para llegar a su destino final, algunos con la carga de sus cajas o costales de mercancías y otros con en enfermedades a cuestas.
La actividad comercial en Usila se ve entorpecida, porque muchos proveedores se niegan a pasar por la zona desecha del camino, de acuerdo con Emilio Gamboa, abarrotero del lugar, «hay que traer nuestra propia camioneta para recoger la mercancía, y es un gasto más, son como 300 pesos de gasolina que gastamos porque los surtidores no llegan hasta el centro del pueblo».
Asegura que el costo por llevar sus productos es inversión perdida, porque no le aumentan a las mercancías ya que la economía en la región no es del todo buena.
Del punto de la carretera dañada hasta la cabecera municipal de Usila son aproximadamente 35 kilómetros, alrededor de tres horas de viaje por un camino desecho, de terracería y con algunos derrumbes que reducen el ancho del camino.
Habitantes de la comunidad donde se registra el desperfecto carretero, Santo Domingo del Río, perteneciente a San Pedro Tehutila del distrito de Cuicatlán, aprovechan la situación para generar ingresos a sus familias; durante el momento de transbordar los camiones, algunos de los niños que viven en esa comunidad ya esperan a pasajeros para ofrecerles cargar sus cajas y mercancías a cambio de unos pesos.
Doña Rebeca Mauro también ha colocado en esa zona un puesto de venta de comida y bebidas para las personas que esperan para transbordar, ahí señaló que cada año ese tramo resulta dañado, pero en esta ocasión ha ocurrido lo mismo en cuatro ocasiones durante el año sin que den una solución completa al problema.
«Las autoridades sólo le echan arena y cuando el arroyo crece lava todo hacia el río, el primer día era más complicado porque la corriente venía fuerte, ahora ya se calmó y se puede pasar a pie, algunos vehículos se arriesgan a pasar pero otros no, los camiones grandes de pasaje son los que no se animan», comentó.
Mientras las autoridades decidan accionar y reparar el daño, de manera temporal o definitiva, los habitantes continuarán como puedan y a su suerte, con su vida cotidiana para tratar de salir adelante.
