Y lo que hemos visto es un país seriamente dividido: un país donde es mejor no hablar de política con quien te encuentras por la calle.
Cuando salimos de Rosewell, alguien había vandalizado or la noche los carteles en favor de Trump expuestos en el jardín de una casa.
Antes, nunca había pasado nada parecido: hasta ahora, en América, se respetaban las opiniones políticas de los demás.
«Salimos a finales de julio, directos hacia Canadá.
Ahora tienes miedo incluso a decir quién eres y a quién votas».
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/14/actualidad/1473863596_637453.html