Ninguno rechaza la negociación de las paz, pero recurren constantemente a que se necesite “una paz justa”, aunque dan por hecho que eso puede ser un oxímoron.
El soldado, ahora en labores administrativas aunque aún en activo, sigue con su recuperación el Hospital Militar de Bogotá.
La mina, además del explosivo y la metralla, tenía material fecal y cianuro, dos bacterias que hicieron cualquier esfuerzo inútil.
En los últimos años del proceso de paz, pasó de atender unos 1.000 heridos al año a no más de 60.
Un centro del terror que llegaba a recibir unos cuatro pacientes al día con lesiones serias.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/29/colombia/1475169171_749226.html