“La culpa es de Rousseau”, dice el pequeño Gavroche en Los miserables, refiriéndose a la Revolución.
Sería injusto atribuirle el torrente de innecesarias confesiones que circulan en las redes sociales.
Dependiendo de las circunstancias, mentir puede ser un agravio o un beneficio.
Además, vivimos en la sociedad del espectáculo, donde lo más íntimo se exhibe en las redes sociales.
Los usos sociales de la sinceridad y la mentira cambian con el tiempo.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/23/mexico/1474664321_253770.html