En cuanto hubo desaparecido, la multitud retomó el leit-motif de los críticos del actual gobierno: “Fora Temer!” (Fuera Temer).
En São Paulo, donde el domingo unas cien mil personas habían colapsado la céntrica Avenida Paulista al protestar contra Temer, el actual alcalde Fernando Haddad encabezó el acto de repulsa.
Mientras, su peor enemiga política, Dilma Rousseff, tuvo también un mal día: se mudó definitivamente del Palacio de la Alvorada.
Lo que nadie predecía es que los abucheos le llegaran desde las gradas más próximas, donde estaban algunos invitados de los funcionarios del propio ejecutivo.
Se dejó abrazar y besar por los simpatizantes, tanto que hasta le quedó una marca de pintalabios en la mejilla.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/07/america/1473272215_090722.html