Quijote y Pokemones (disculpen la comparación) son productos de los periodos de transición entre dos épocas; accidentes de ese choque intransigente entre mundo y mente.
Al mismo tiempo, a través de su intervención sobre el espacio, Pokémon Go acaba por permear al individuo.
Instaurada como una moda, la fiebre de Pokémon Go irá pasando en la medida en la que nuevas aplicaciones vayan reemplazando su función.
La fórmula de Pokémon parece ser la contraria, si el zoom del iPhone acerca la realidad, Pokémon Go la aleja.
Pokémon Go es una respuesta limitada pero funcional que llega justo en el momento en que el frenesí tecnológico ha dejado de tener sentido.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/12/actualidad/1473712935_906183.html