Sandra y su padre Manuel viajaban en coche la semana pasada para regresar a su casa, en Barcelona, junto a su mascota Maya.
Según las palabras de la que es una de las responsables del hospital, Maya permanece en un rincón con su agua y su comida, duerme allí y no molesta a nadie.
Un ataque de apendicitis de la hija obligó a que terminaran visitando el servicio de urgencias del Hospital General Universitario de Elda.
Los dueños de la perra Maya se han visto obligados a permanecer de manera repentina desde el domingo 28 de agosto en el Hospital General Universitario de Elda (Alicante).
Desde ese momento, la mascota no ha abandonado la puerta del lugar, esperando a marcharse junto a sus amos.
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/09/01/articulo/1472734697_819138.html