Pero además de esto, las tintas pueden contener impurezas porque en muchos casos no están fabricadas específicamente para los tatuajes.
Esta creciente popularidad ha llevado a la Comisión Europea a preguntarse si la legislación actual es suficiente para garantizar la seguridad de aquellos que deciden marcar su piel con tinta.
No existen estudios acerca de cómo la tinta se degrada bajo la piel, ni los efectos que esta degradación puede provocar.
Al exponer los tatuajes al sol, estos azopigmentos pueden degradarse y liberar aminas aromáticas que pueden ser cancerígenas.
Por ejemplo, el lugar de fabricación de la tinta se encuentra con mucha facilidad, pero no los ingredientes empleados.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/02/ciencia/1472832334_007277.html