El lunes 19 de septiembre pasado la primera cumbre global sobre grandes desplazamientos de refugiados y migrantes tuvo lugar en la sede principal de las Naciones Unidas.
Y aunque este tipo de eventos suele concluir con declaraciones de buenas intenciones hechas en términos demasiado amplios, la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes acordada por 193 Estados miembros ofrece algunos elementos esperanzadores.
Para administrar los movimientos generados por guerras, violencia y cambio climático – entre otros factores – las normas internacionales actuales sobre refugiados y la discreción dejada a los Estados respecto a los migrantes han demostrado su dramática insuficiencia.
Las normas jurídicas y las voluntad política de salvar vidas, respetar derechos y compartir responsabilidad a escala global han de generar resultados.
En el 2015, de 21.3 millones de refugiados – la mitad, niños – solamente 300 mil recibieron reasentamiento; y cerca de dos tercios se concentran en diez países, en condiciones de vida frecuentemente inhumanas.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/28/actualidad/1475021792_068521.html