El entonces ministro de turismo, Saadallah Agha Al Qala, declaraba que 8,5 millones de turistas habían visitado Siria ese año.
La costa siria sigue siendo un destino vacacional para la clase media alta con el que pocos pueden soñar.
Pero el boom se desvaneció de golpe en 2011 con el estallido de las revueltas populares y la posterior guerra civil.
Un descanso robado a la guerraTras 1.950 días en guerra, el lastre más pesado para los sirios se antoja el psicológico.
De ahí que muchos hayan decidido gastarse los pocos ahorros que guardan bajo el colchón para hacer una pausa en la guerra.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/01/actualidad/1472737719_647806.html