Islam Karímov, el único presidente que ha tenido Uzbekistán, fue sepultado este sábado según la tradición musulmana en Samarcanda, su ciudad natal.
El cortejo fúnebre fue recibido en su trayecto por decenas de miles de uzbekos, que lanzaron a su paso flores, especialmente rosas.
Mientras, Uzbekistán y Kirguizistán han reforzado sus fronteras ante el temor de posibles desórdenes durante la campaña para elegir un sucesor a Karímov.
Durante la matanza de Andiján en 2005, hubo una gran tensión en la frontera, cuando miles de uzbekos trataban de cruzar hacia Kirguizistán para huir de la represión.
El favorito de los analistas es el primer ministro, Shavkat Mirziyóyev, que encabezó la comisión organizadora de los funerales.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/09/03/actualidad/1472907601_175893.html