Porque él, solo él, aúna el poder y la autoridad, un caso inédito en el mundo del fútbol, convertido el entrenador del Atlético en un símbolo.
Distinto es el caso del Barcelona, donde poder y autoridad convergen en la misma persona: Leo Messi.
Otra cosa es el poder, que en el Madrid pertenece en exclusiva no a los socios (menuda estupidez) sino al presidente.
No es lo mismo el poder que la autoridad, como es bien conocido.
Y si quiere ampliar su contrato, lo ampliará.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/10/02/actualidad/1475438821_289036.html