Desde el senador Warren Harding, Obama probablemente haya sido el presidente que llegó al cargo con menos experiencia.
El próximo presidente tiene un buen lío que resolver, tan grande como el que George W. Bush dejó como herencia.
Los historiadores saben lo bastante como para no pronunciarse sobre el legado de un presidente antes de que abandone el cargo.
A diferencia de Reagan o de Bill Clinton, no ha encarrilado el país en una nueva dirección.
En el futuro, tanto sus admiradores como sus detractores encontrarán argumentos para discutir sobre si la presidencia de Obama ha sido un éxito o un fracaso.
Fuente original: Elecciones Estados Unidos: La discreta revolución de un presidente | Internacional | EL PAÍS