Universidad no debe ser templo de intransigentes ni aviso del peor porvenir que se proyecta intacto en el más doloroso pasado.
Universidad no debe de ser espacio para callar al libertad de expresión ni limitar como sea la presencia de diálogo.
Universidad no debe ser nunca más reducto de cerrazón y portazos.
Los gritos irracionales espetaban con sus gritos los adjetivos que, en realidad, los describen a ellos mismos.
Por algo ese último libro de Eco se intitula De la estupidez a la locura y por algo se hizo hoy eco de sus peores pronósticos la bochornosa escena de una bilis enmascarada, la intolerancia imbécil y enrevesada esquizofrenia.
Fuente original: La locura de la estupidez | Internacional | EL PAÍS