El PSOE va mal desde las elecciones de 2011, cuando perdió nada menos que 4,3 millones de votos.
Bueno, eran otros tiempos y por fortuna nada de eso está hoy, como se dice, a la orden del día.
Nadie lo comprende, pero, si alguien no lo remedia, todos le harán pagar el precio de tanto destrozo.
En política, el no nunca es no, salvo cuando quien lo repite como un papagayo quiere meterse en un túnel sin salida.
Y ahí están, plantados ante la peor de las alternativas, la que lleva a unas terceras elecciones.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/30/opinion/1475246881_868404.html