Diana MANZO/Corresponsal
JUCHITÁN, OAX., (#página3.mx).- Desde que no está, el cielo se tornó gris para la familia de Mayra. Así lo siente su madre y su padre, quienes prefirieron omitir sus nombres y el de ella por miedo a represalias, pero no así describir el dolor que no han pasado desde aquel 20 de julio de 2015.
El reloj llegaba al cuarto para las diez cuando de un mototaxi descendió como una sombra un joven que a bocajarro le dijo: “Tía, acaban de matar a Mayra”, y a partir de ese momento su corazón y su cuerpo enlutaron.
Vestida de negro de pies a cabeza con trapos de seda y de algodón, con huaraches de cuero también en tono oscuro, Jacinta, como le llamaremos a la mamá de Mayra, confiesa que tras la muerte de Mayra su vida se ha tornado en una completa odisea.
No duerme por las noches y sus pestañas se han desgastado de tanto llorar por el asesinato de su única hija, la mayor de dos seres que engendró. Dice que desconoce cómo será su futuro y si superará el dolor de la cruel pérdida, aunque de repente su consuelo sale de dos voces, son sus nietos, quienes tímidamente se acercan.
Carlos de cuatro y Gustavo de un año de edad se han convertido en lo más importante para Jacinta, quien prácticamente no puede dejar de mirar el retrato de Mayra, el cual contempla desde su hamaca color púrpura.
En la fotografía, Mayra luce un traje regional de istmeña, símbolo de toda mujer zapoteca de esta región. A más de un año del crimen, la imagen vuelca los recuerdos en un ahora suave llanto de la madre.
¡Por qué me la quitaron si era tan buena hija y buena madre!, reclama llorando sin recibir respuesta que la conforte. De inmediato Francisco, su esposo, la abraza tratando de consolarla, pero ambos posan sus ojos en la fotografía.
Con el dolor a flor de piel vuelve a exclamar: ¡Tenía solo 25 años y un futuro por delante, pero me la arrebataron, como cuando le quitan al ser humano sus sueños para arrojarlos a un río contaminado!
Jacinta aún no puede concebir que el asesinato de su hija forme parte de los 77 asesinatos de mujeres que la Fiscalía General de Oaxaca reportó en el 2015 y de los cuales menos del 50 por ciento, es decir 35 casos, se tipificaron como feminicidios.
De 2010 a la fecha la dependencia reportó que en la entidad han ocurrido 560 homicidios dolosos contra mujeres, de los cuales entre el 10 y 15 por ciento estarían relacionados con la delincuencia organizada.
Y PARA QUÉ DENUNCIAR, NO QUIERO QUE MI HIJA SEA UNA CIFRA…
Mientras Jacinta contempla el retrato de Mayra, Francisco está atento a su bicicleta y sin parpadear y cada vez con mayor velocidad limpia los rines.
Al acercarme y cuestionar ¿Y denunciaron el asesinato de Mayra?, responde negativamente moviendo su cabeza de un lado a otro mientras expresa: …para qué, si no quería que mi hija fuera una estadística más, aquí en este estado y el país entero no hay justicia para los pobres, y de inmediato sus movimientos se tornan más vigorosos y rápidos al limpiar su bicicleta.
Insistí. Pero, ¿quién la asesinó? ¿Sospechan de alguien? …No queremos problemas, la delincuencia está muy dura en esta zona, difícilmente estamos libres, tememos por nuestra vida.
Pero, ¿al menos llegó la Policía a visitarlos para tomarles sus datos? …No, ellos no vienen si uno no los llama; por eso, mejor decidimos enterrar a nuestra hija y ahora nos dedicamos a sus hijos, por ellos es que estamos trabajando aún, es difícil no mirarla.
Una vez más posó su mirada en la fotografía y el nudo en la garganta se hizo presente. Sus manos no dejaban de limpiar los rines delanteros de la bicicleta, ahora con movimientos más rápidos, casi frenéticos, como si con ello pudiera evitar que surgieran las lágrimas que ya resbalaban por su rostro.
“Me he hecho el fuerte, por mi señora y mis otros hijos, (pero) mi corazón está desecho, me mataron a mi hija, la mayor, por quien mi esposa y yo decidimos casarnos y vivir. Ahora no está, su recuerdo es el que nos invade, un calvario hemos pasado estos meses sin ella, aún no lo asimilo”, confiesa.
La familia de Mayra, su madre, su padre, su único hermano y los hijos de ella, solo contemplan ese recuerdo tangible colocado en una repisa a modo de altar, acompañado de varias imágenes religiosas.
“Mayra comerá y soñará con nosotros. Se ha ido físicamente, pero su esencia y espíritu no. Desde que murió, mes con mes le dedicamos un rosario, deseamos que donde esté pida su justicia, porque del gobierno no creemos nada”, dice haciendo manifiesta su desconfianza hacia las autoridades.
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LAS CIFRAS
La Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra la Mujer por Cuestión de Género, a través de su titular, Iliana Hernández Gómez, dio a conocer que las regiones con más casos de asesinatos de mujeres en Oaxaca son: la Costa, Valles Centrales, Mixteca, e Istmo.
La funcionaria precisó que la principal ocupación de las víctimas eran ama de casa y comerciante.
De los casos registrados en estos años (2010-2106), 348 los iniciaron por el concepto de «quien o quienes resulten responsables”. Identificados 205, en proceso 142 judicializadas y en sentencias y en pendiente de resolver, y 58 quienes ya fueron identificados pero no se ha judicializado.
De acuerdo con el análisis titulado “Violencia contra las mujeres”, realizado por la Consultoría Integralia, el estado de Oaxaca ocupa el cuarto lugar nacional con la tasa más alta de asesinatos de mujeres, de 6.55 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Oaxaca es superada por Guerrero, con un índice de 10.49; Chihuahua, con 9.23, y Tamaulipas, con 7.94 homicidios por cada 100 mil mujeres.
En términos absolutos, con 136 casos contabilizados en 2014, Oaxaca es el sexto estado del país con el mayor número de mujeres victimadas, detrás del Estado de México (365), Guerrero (190), Chihuahua (172), Ciudad de México (147) y Tamaulipas (141).
Pese a esas cifras, organizaciones no gubernamentales denunciaron que en el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) no existe información desagregada sobre feminicidios, además de que la Secretaría de Gobernación solo cuantifica los homicidios, sin distinguir si se trata de hombres o mujeres.
