Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 22 de agosto de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La doctora Gisela Heckel Dziendzielewski, investigadora del Departamento de Biología de la Conservación del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), se ha dedicado durante 27 años al estudio de ballenas, delfines, lobos marinos y focas.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la especialista relató que su pasión por el estudio de mamíferos marinos no surgió a temprana edad pero se fue cultivando desde su infancia.
“Mi mamá era bióloga y mi papá era ingeniero pero era naturalista, le gustaba todo lo que tuviera que ver con la naturaleza, entonces desde chiquita me platicaron sobre naturaleza, a veces hacíamos picnics en las afueras de la Ciudad de México y es por todo eso que aprendí el aprecio por la naturaleza”, recordó.
Conservación de mamíferos marinos La doctora Gisela Heckel es actualmente presidenta del consejo de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de Ensenada (ICMME), asociación civil dedicada desde hace 20 años al estudio y atención de varamientos de mamíferos marinos en la región noroeste de México.
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La forma en que sus padres la introdujeron a la naturaleza y sembraron su curiosidad por explorarla, la llevó a estudiar la carrera de biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Yo nada más sabía que me gustaba la naturaleza pero cuando entré a la carrera no tenía claro a qué me iba a dedicar, sabía que existía la investigación pero no sabía todo lo que implicaba”, reconoció Gisela Heckel.
Sin embargo, no transcurrió mucho tiempo para que se percatara que prefería el estudio de los animales sobre las plantas y que, desde el punto de vista biológico, disfrutaba más del mar que de los ecosistemas terrestres.
“Tomé una materia de biología de campo, fotoidentificación de cetáceos, y como parte de esa materia fui a Bahía de Banderas y ahí fue donde ‘caí redondita’, ahí fue donde vi los primeros delfines, las primeras ballenas en mi vida y quedé absolutamente impactada, encantada, y me apasioné, dije ‘de plano esto es lo mío’”, comentó.
Oceanografía física
Como tema de tesis de licenciatura, Gisela Heckel estudió la distribución y abundancia en el norte de Veracruz del delfín tursión (Tursiops truncatus), también conocido como tonina, un estudio que resultó determinante para lo que sería su formación académica subsecuente.
“Durante la tesis me topé con que no tenía yo bases para explicar la distribución de los delfines, no había una distribución homogénea en el área de estudio sino que se agrupaban en ciertos lugares y yo no entendía por qué”, refirió.
Fue hasta que obtuvo un estudio sobre distribución de peces en la misma zona que ella estaba investigando que pudo responder sus preguntas y, a la par, descubrir la relevancia de la oceanografía.
“Me quedó clarísimo que lo que necesitaba era hacer el posgrado en oceanografía y fue cuando decidí venirme a Ensenada, entrar a la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), a la Facultad de Ciencias Marinas, donde hice maestría y doctorado en oceanografía costera”, mencionó.
Manejo y conservación
En 1994, cuando ingresó a la maestría, Gisela Heckel entabló relación con el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca) para utilizar su base de datos y con ella desarrollar un estudio sobre el comportamiento de evasión de los delfines durante la maniobra de pesca del atún aleta amarilla, su tema de tesis.
Tras poco más de dos años, concluyó su maestría y continuó con el doctorado, etapa en que su trabajo de investigación se entrelazó con un nuevo campo: el manejo y conservación de recursos naturales.
“Se me presentó la oportunidad de estudiar el comportamiento de las ballenas con respecto a los barcos ecoturísticos. Para entonces, la Comisión Ballenera Internacional ya tenía varios años interesada en saber si había efectos en cuanto a los barcos de observación turística de ballenas, delfines, en todo el mundo”, apuntó.
Precisó que la propuesta para que el estudio fuera más allá de la obtención de información surgió de su directora de tesis, la doctora Ileana Espejel, investigadora de la Facultad de Ciencias de la UABC, quien le sugirió que diseñaran un plan de manejo para la actividad turística.
“Esto me volvió a abrir la perspectiva e incursioné en todo el mundo del manejo y la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas”, afirmó Gisela Heckel.
En 2001, concluyó su doctorado y publicó los resultados de la investigación que implicó la elaboración de una estadística de los efectos de los barcos en el comportamiento de las ballenas, tras medir velocidad y dirección de nado de los animales, además de la propuesta de un plan de manejo para mitigar las afectaciones.
Precursora en el estudio de mamíferos marinos
Un año y medio después de que terminó su doctorado, Gisela Heckel fue contratada como investigadora en el CICESE, donde inició una línea de investigación sobre mamíferos marinos, un campo que entonces había sido someramente explotado como tema de estudio.
Sus primeros años como investigadora los dedicó al estudio de mamíferos marinos en Bahía de los Ángeles y posteriormente a generar información de línea base para el diseño de medidas de mitigación ante la construcción e instalación en costas bajacalifornianas de la planta regasificadora Energía Costa Azul, propiedad de Sempra Energy.
A partir de 2006, inició, en colaboración con la doctora Yolanda Schramm, investigadora de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, el estudio de pinnípedos en las islas y la costa occidental de la península de Baja California.
Gisela Heckel precisó que la foca elefante, el lobo marino de California, el lobo fino de Guadalupe y la foca de puerto fueron las especies que estudiaron.
“Hicimos un estudio general de distribución y abundancia en todas las islas y la costa durante dos años, y después de eso nos dimos cuenta de que la especie de la que menos se sabía era la foca de puerto, entonces nos centramos en la foca”, comentó.
La especialista resaltó que tanto el estudio de los cuatro pinnípedos como el de la foca de puerto fueron financiados con fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y gracias a ello hoy se dispone de un vasto conocimiento sobre pinnípedos.
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Fuente: Gisela Heckel, fascinación por los mamíferos marinos