Derechos HumanosMéxico es un país que tiene lápidas sobre lápidas de...

México es un país que tiene lápidas sobre lápidas de silencios, afirmó el escritor del libro Tiembla, Diego Fonseca

-

Pedro MATÍAS

OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- “Tiembla. Los damnificados del terremoto no cuentan. Como no cuentan, (los candidatos) hicieron lo que con los escombros de las casas y edificios caídos: quitarlos de en medio para que no molesten. Que no se vean. Y si no se ve, no existe. Tengo la sensación de que ha ganado el olvido”, confiesa el escritor y editor del libro Tiembla, Diego Fonseca.

A ocho meses de los terremotos de septiembre, Diego Fonseca, reconoce que el libro que reunió testimonios de 35 escritores y periodistas entre ellos Lydia Cacho, Alejandro Zambra, Marcela Turati, Daniela Rea y Juan Villoro, que sacudió conciencias y pretendió romper el silencio, sin embargo, “este país tiene lápidas sobre lápidas de silencios”.

Con la premisa de que leer también es ayudar, Almadía presentó el libro Tiembla, una antología donde 35 autores entre quienes se encuentran Carlos Manuel Álvarez, Cristina Rivera Garza, Eileen Truan, Daniel Moreno, Luigi Amara, David Miklos y Verónica Gerber Bicecci, quienes narran los terremotos acaecidos en septiembre de 2017, que dejó alrededor de 500 muertos y miles de damnificados.

Tiembla además de un interesante ejercicio literario colectivo, es una muestra de solidaridad, pues lo escritores participantes donaron sus trabajos para conformar este libro cuyo cien por ciento de las ganancias se destinará a la campaña de recaudación Tejamos Oaxaca, llevada a cabo por Fondo Ventura, Editorial Almadía y Proveedora Escolar.

Además, el reconocido artista plástico y filántropo, Francisco Toledo, cedió los derechos de la obra “Horrible temblor”, grabado de Posada intervenido por él, para ser la portada de esta antología.

Entrevistado vía correo electrónico, el también columnista de The New York Times en español, Diego Fonseca, manifestó que las campañas electorales ya impusieron nuevas agendas, de modo que los sismos como tema han sido desplazados.

Por otro lado, dijo: “no veo los incentivos para que un gobierno de salida (de Enrique Peña Nieto), lastrado por escándalos y deslegitimado, haga mucho.

Han pasado 8 meses de los sismos de septiembre ¿Cuál es su percepción actual de esa catástrofe?

Tengo la sensación de que ha ganado el olvido. Los políticos están en campaña presidencial y todo gira en torno a las disputas de coyuntura entre ellos. Que si uno quiere amnistiar o el otro pide un código penal único. Los damnificados del terremoto no cuentan. Fueron una promesa circunstancial de campaña de alguno, una promesa más. Como no cuentan, hicieron lo que con los escombros de las casas y edificios caídos: quitarlos de en medio para que no molesten. Que no se vea. Y si no se ve, no existe. Una negación.

– ¿Considera que los sismos telúrico, humano y político han sido superado o en qué etapa se encuentran?

No creo que se hayan superado. Los duelos personales cierran cuando cada individuo encuentra una respuesta. Eso no se legisla. No tengo idea en qué punto de resolución están las angustias de los damnificados ni dónde ha quedado el miedo de los que vieron las ciudades sacudirse pero no perdieron nada. ¿Cuánto tiempo necesita una persona para saldar, si salda, su relación con sus muertos? Mucho más que con sus bienes perdidos, claro, pero no hay regla para eso.

En términos de terremotos políticos, todo sigue igual. Nadie discute políticas públicas para manejar catástrofes. Tienes millones de personas viviendo sobre fallas críticas que han probado su poder de devastación. No puedes mudar, reubicar o desplazar a esa gente. ¿Qué planes hay para resolver infraestructuras en riesgo, que son millonarias, sobre todo en áreas donde la inversión tiene un costo que ningún privado asumiría sin concurso del Estado? Todo eso sigue allí, intocado.

-¿Qué piensa de la opacidad en la que se conducen los tres niveles de gobierno para la reconstrucción?

Qué puedo pensar: estoy en contra. La transparencia es sustancial. No sólo por esto, para todo acto de gobierno. Por otro lado, no veo los incentivos para que un gobierno de salida, lastrado por escándalos y deslegitimado, haga mucho. Excepto que haya contratos en proceso, todo quedará en manos de la nueva administración. Y no hay ninguna seguridad, dados los aprendizajes y la genealogía de los candidatos, que la transparencia sea abrazada desde el minuto cero.

-La campaña Tejamos Oaxaca es un gesto solidario, ciudadano, comunitario que dio origen a Tiembla ¿cómo convenció a 35 periodistas y escritores para participar en esta antología y donar las utilidades al 100 por ciento?

No fue un problema, en absoluto. Todo mundo quiso colaborar desde inicio. Yo no hago mi trabajo sin cobrar (creo que eso es torpe e irresponsable), ni aceptaría que un editorial me haga trabajar gratis ni jamás publicaría a alguien sin pagarle, por las mismas razones. Pero aquí fue una decisión personal: yo no iba a cobrar por algo que, desde el momento en que hablamos con Memo Quijas, tendría como objetivo donar las ganancias. Así que fui directo con todos: envié un email donde invitaba a ingresar en el proyecto con la salvedad de que debía ser donando la obra, a modo de aporte a la campaña. Nadie dije no; todos respondieron sí. Los treinta y cinco. Y quedaron fuera otros quince, sólo porque no llegarían a tiempo para el cierre que había puesto. De nuevo, no hice ningún esfuerzo. Había una necesidad de cada autor de expresar un punto de vista sobre los sismos y una decisión individual, que fue inherentemente colectiva, de contribuir de algún modo.

-¿Con esta antología considera que ya se rompió el silencio o qué mas hace falta?

Este país tiene lápidas sobre lápidas de silencios. No, Tiembla es un inicio de una de varias conversaciones. Yo creo que moviliza ideas. Y supongo que en esa movilización se deben crear canales para una mayor ciudadanización de la sociedad civil. Los eventos catastróficos agitan la solidaridad espontánea, pero se agotan allí. Es preciso que esa reacción se organice y encuentre vehículos para el cambio, y eso es alguna forma de la participación política. No veo nada de eso aun, pero es un camino largo, nunca rectilíneo.

-¿En esta etapa de reconstrucción cree que ya se supero el duelo?

Me remito a una respuesta previa. Eso es un proceso individual. Colectivamente, el duelo dura menos, porque hay que moverse como sociedad. O te mueven. La campaña electoral ya impuso nuevas agendas, de modo que los sismos como tema han sido desplazados. Debes reinstaurarlos, y para eso es preciso pensar más que condolerse o dolerse.

-¿En este periodo de campañas políticas la reconstrucción ha sido utilizada por los políticos en discursos pero en los hechos han sido duramente cuestionados?

No creo que sean necesarias palabras sobre esto. Lo que son imprescindibles son planes de políticas públicas. Infraestructura, reentrenamiento de fuerzas policiales y militares; rezonificación, tal vez, de cuarteles de bomberos; quizás un proyecto de servicio social civil –Luis Muñoz Oliveira, uno de los autores de Tiembla, retoma esa idea– con individuos entrenados como colaboradores en rescate y recuperación. En fin, un abanico de ideas que los especialistas podrían traer a la mesa. Pero no he visto un solo candidato, y si se me escapa esto, por favor, me avisan, que haya ofrecido una mirada técnica sobre el proceso, más allá de la promesa inflamada.

-¿Al igual que Almadía, el pintor Francisco Toledo realizó acciones de apoyo a damnificados, qué opinión le merece?

Toledo colabora también en Tiembla. Su trabajo, una intervención sobre el grabado clásico de José Guadalupe Posada, es, de hecho, nuestra portada. Una maravilla. Cuando Memo (Guillermo Quijas) me envió la idea de portada, dije inmediatamente: es esta. Y es raro que una portada me guste a la primera opción. No puedo opinar más que algo bueno que Toledo apoye a las familias. Su compromiso y querencia por Oaxaca es histórico. Ojalá tuviéramos más experiencias de solidaridad para el proceso de reconstrucción y de planificación sostenible para mitigar los riesgos de futuras catástrofes, que volverán a suceder, porque seguirá temblando.

Diego Fonseca nació en Argentina en 1970. Vive entre Phoenix y Washington. Es maestro de periodismo de la Fundación Gabriel García Márquez y es editor y autor de varios libros de periodismo narrativo, entre ellos Crecer a golpes (2013), Sam no es mi tío (2012), Hacer la América (2014) y Hamsters (2014).

 

Últimas noticias

50 Años de Lucha por la Educación Indígena

OAXACA.- Con motivo de su 50 aniversario, la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (CMPIO) compartió su...

Perla Woolrich condena presunta desaparición de las Afores

Aleymi León Flores OAXACA.- La presidenta del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Perla Woolrich, dio a conocer...

Por lío político entre Zochuiquilazala y San Martín Peras se registran tres ataques armados; saldo, 2 heridos

Pedro Matías Un ataque armado es contra la Policía Estatal y la Guardia Nacional. OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- Por un conflicto...

Emiten declaratoria de emergencia para los Chimalapas… 25 días después

Pedro Matías *La ayuda solo consiste en la entrega de cocinas móviles, letrinas, regaderas, agua embotellada, maquinaria y diversas herramientas para...

Quizá te pueda interesar
Recomendaciones para ti