Diana MANZO /Corresponsal
JUCHITÁN, Oax., (pagina3.mx).- Ángel Sánchez Santiago, el hombre que se volvió ícono de las y los juchitecos la noche del terremoto del 7 de septiembre de 2017 -por colocar la bandera entre los escombros que dejó el colapso del palacio municipal- confiesa que a un año del terremoto “Juchitán siempre estuvo de pie, porque es un pueblo que no se rinde nunca”.
Colocar la bandera entre los escombros ha sido calificado como un acto heroico, y Ángel relató que esa noche después de aquel fuerte movimiento salió de su casa ubicada en la séptima sección de Juchitán y fue en busca de sus hijas.
En el trayecto, al cruzar por el palacio municipal, lo vio destruido y al bajar la mirada observó cómo la bandera estaba tirada entre los escombros, la recogió y la montó sobre una vara de madera y la colocó en señal de fuerza.
Los amigos de Ángel han aumentado a raíz de esta hazaña, ahora es rico en amistad, porque de apoyos para la reconstrucción de su vivienda no recibió nada, su casa colapsó con el sismo de 6.1 grados del 23 de septiembre siguiente y aún está en espera del apoyo del segundo censo que se realizó en marzo, mientras tanto vive en un refugio temporal.
Ángel aprovecha el tiempo y como buen zapoteca se integró a la tarea de la reconstrucción y fue contratado como herrero para elaborar puertas de una escuela primaria, donde labora de 8:00 de la mañana a 8:00 noche, por la reconstrucción.
Toma el cincel y comienza a soldar, Ángel confiesa que la reconstrucción ha sido muy difícil en Juchitán y en el Istmo, porque no es fácil volver a empezar, pero con la ayuda de Dios han salido adelante.
Con lo que trabaja comenzó la auto-reconstrucción de su vivienda, le ha invertido 40 mil pesos en quitar el repello y el arreglo de detalle, pero aun le falta mucho, no tiene techo y le preocupa cómo afrontará los meses siguientes, porque en lo que resta de septiembre se pronostica lluvia y de octubre a diciembre comienza la temporada de viento fuerte en la zona.
Ángel no recibió ningún tipo de apoyo ni nada durante la etapa de emergencia y ahora en la reconstrucción, la fotografía donde aparece colocando la bandera en medio de los escombros vuelve a dar la vuelta al mundo y lo ha llenado de felicitaciones.
Respecto al segundo censo que Sedatu y el gobierno de Oaxaca realizaron en Juchitán en marzo, ve lejos que el recurso aterrice, porque suman más de 5 mil damnificados.
“Se pierde la esperanza de que llegue el dinero del segundo censo, por eso como juchiteco estoy de pie y trabajando, así somos los de nuestra raza, el juchiteco es una persona fuerte, ya lo hemos vivido en diferentes episodios de la historia, en la Batalla de Juchitán del 5 de septiembre, por ejemplo, y ahora con el terremoto”, dijo.
Bajo techos de lámina y lonas
En un refugio construido con algunas láminas y lonas, Ángel vive con sus seis nietos y otros cinco integrantes de su familia, es este espacio temporal donde aún permanecerá porque espera juntar dinero con lo que obtiene de su trabajo y poder reconstruir su casa.
A las 8:00 de la mañana entra a su trabajo y regresa a la misma hora de la noche.
Para Ángel la reconstrucción ha sido dura y difícil, y del segundo censo prefiere no tocar el tema, porque lo ve difícil.
“La gente istmeña es buena y trabajadora, y si hoy vivimos en refugios temporales, eso no es definitivo. En mi caso tengo manos y estoy trabajando, el istmeño es fuerte y bueno por naturaleza”, dijo.
Del destino de la bandera ya no se supo nada, Ángel piensa que cuando hicieron el levantamiento de los escombros pudieron llevársela, pero ahora cada vez que pasa por el sitio donde la colocó unas lágrimas derrama.
Se acuerda del policía muerto que rescataron al segundo día del terremoto y también de las miles de personas damnificadas que dejó el terremoto aquella noche de jueves 7 de septiembre, a los 10 minutos antes de la media noche.