Pedro MATÍAS/Paulina RÍOS
OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, llamó a la feligresía a tender la mano a las personas migrantes porque es “el Señor que va peregrinando, que va caminando”.
Además, pidió olvidarse “de lo que dicen que son delincuentes; al contrario, son hermanos nuestros, no son delincuentes, son hermanos que sufren, como muchos de nuestros oaxaqueños sufren y un día se fueron a otros lugares, a otras ciudades, a los Estados Unidos, ¿por qué? porque sufrían necesidades”.
Y agregó que “los que vienen en esta caravana sufren necesidades y nosotros tendremos que hacer algo por los que sufren y por los que necesitan. Tendamos la mano”.
Adelantó que si las personas migrantes de Centroamérica que actualmente se encuentra en el Istmo de Tehuantepec llegan a esta capital o a diferentes pueblos de la Arquidiócesis, “tendremos que tender la mano, tendremos que organizarnos de alguna forma para darles alimento, para recibirlos con cariño y para que recobren fuerzas y sigan su caminar hasta donde ellos quieran llegar, no les estorbemos, que ellos sientan el amor de los oaxaqueños”.
El purpurado destacó que “así como nosotros exigimos que nuestros hermanos que se van de aquí sean amados y respetados, hoy estos hermanos nuestros gritan lo mismo, que alcancemos a escuchar su voz y que les atendamos”.
Alentó a los centroamericanos en éxodo que “Dios cuide y proteja a quienes van caminando y que lleguen a donde quieran llegar sanos y salvos y puedan estar mejor en sus personas y en sus familias”.
Hizo hincapié que “el corazón de los oaxaqueños es un corazón generoso, sabe tender la mano porque sabe que la providencia de Dios se manifiesta a través de sus manos. Que esas manos sean una bendición para esta caravana de migrantes. Y toque a nuestro Señor en las manos de estos hermanos nuestros que peregrinan, que caminan, que van a un destino desconocido pero que van buscando estar mejor”.
Y que “al paso de ellos (los migrantes) por esta tierra nuestra ellos puedan decir el día de mañana: los oaxaqueños fueron muy cariñosos y me tendieron la mano, y un día le digan a Dios, bendice a mis hermanos oaxaqueños que cuando pasé por su tierra me valoraron, me atendieron como hijo de Dios. Así tratémoslos y así valorémoslos”, finalizó.