OAXACA, Oax. (pagina3.mx).- Un ataque armado que dejó tres muertos e igual número de heridos, rompió el convenio de “paz” que firmaron las comunidades mixes de San Miguel Quetzaltepec y San Juan Bosco Chuxnabán, que mantienen un conflicto agrario por la disputa de dos mil hectáreas.
La Fiscalía General de Oaxaca confirmó que en el ataque armado perpetrado la noche del domingo 14 de julio fueron asesinadas J. J. R., R. H. R. y L. J. R., en tanto, a los lesionados se les identificó como: R. S. M., I. O. R y A. M. S.
Según la carpeta de investigación 23958/FVCE/ZACATEPEC/2019, los hechos ocurrieron en la localidad de El Espinal, perteneciente al municipio de San Miguel Quetzaltepec, #Oaxaca, en donde 3 personas perdieron la vida y 3 más resultaron lesionadas.
Aunque la Fiscalía guardó hermetismo sobre el caso, trascendió que el pasado domingo 14 de julio alrededor de las 11 de la noche se desarrollaba una fiesta con motivo de una clausura escolar, cuando sobrevino el ataque armado donde murieron tres personas por arma de fuego y tres más resultaron heridas.
Cabe recordar que en febrero pasado, el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa y de Andrés Manuel López Obrador festinaban la firma de un acuerdo de paz entre San Miguel Quetzaltepec y San Juan Bosco Chuxnaban, que mantienen un conflicto agrario que en las últimas décadas derivó en enfrentamientos, violencia, tensión permanente y ruptura del tejido social.
El documento fue signado por el presidente municipal de San Miguel Quetzaltepec, Fidel Fuentes Morales, y el Agente Municipal de San Juan Bosco Chuxnaban, Anastasio Morales Vásquez, acompañados de comisionados nombrados exprofeso por sus asambleas comunitarias. Como testigos estuvieron el Director General del INPI, Adelfo Regino Montes, y el Secretario General de Gobierno de Oaxaca, Héctor Anuar Mafud.
Al finalizar la firma de este acuerdo, lo calificaron como “un ejemplo para la solución de conflictos, pues “no se puede permitir que haya más viudas y niños huérfanos, no queremos ser la nota roja, sino noticia de desarrollo, bienestar y crecimiento”.
Cinco meses después, se rompe el acuerdo y el gobierno federal y estatal prefieren guardar silencio sobre otro derramamiento de sangre motivado por la disputa de tierras en Oaxaca.