Fue este fin de semana que Patrick Crusius decidió masacrar a más de 40 personas en El Paso. En medio de este crimen de odio, Jordan y André Anchondo dieron sus vidas para salvar la de su hijito.
Fue entre Walmart y el Cielo Vista Mall, en el estado de Texas, que el estadounidense de sólo veintiún años tomó un rifle de asalto para antagonizar uno de los crímenes más feroces del país norteamericano.
Cuenta la BBC que Jordan y André, como cualquier otra familia, frecuentaban el Walmart de su comunidad fronteriza.
Asesinados con un rifle de asalto, la madre y el padre del pequeño de dos meses fungieron como escudo humano para cuidar de su recién nacido.
El tiroteo mató a 21 personas y dejó heridas a 26; Jordan y André fueron parte de las 21 y su hijo, de las 26.
El pequeño sobrevivió bajo heridas menores presuntamente provocadas por la caída de su madre sobre él.
La familia Anchondo contaba con otros dos menores, y visitaban la tienda estadounidense en El Paso para comprar material escolar para inaugurar pronto la segunda época académica del año.
A BBC contó el hermano de André que buscaban también ornamentos decorativos para festejar en reunión sabatina.
La imagen del pequeño bebé Paul Anchondo debajo de su madre fue narrada por Elizabeth Terry, la tía de Jordan, a CNN.
Paul yacía allí lleno de sangre de sus padres.
«¿Cómo es posible que los padres vayan de compras escolares para morir protegiendo a su bebé en balas?», se cuestionó Terry para CNN.
Por su lado, Tito Anchondo, el tío del bebé, ha iniciado una campaña en GoFundMe para recaudar fondos y sostener a los pequeños que han quedado sin cuidado.