El hombre haitiano que identifican como M.A. tenía 20 días detenido por las autoridades del Instituto Nacional de Migración; a los cinco soles de estar en una celda para migrantes, se enfermó, gritaba y lloraba pero seguía bajo candado. Así perdió la vida en Tapachula.
Así lo describe el boletín de prensa del ocho de agosto de 2019 que circuló el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, una red de varias asociaciones que defienden los derechos humanos.
Lo del haitiano que murió bajo condiciones infrahumanas sucedió el seis de agosto, en una estación migratoria de Tapachula, Chiapas.
La narrativa de tratos crueles fue construida sobre el testimonio de personas que habitaban el centro de detención donde MA perdió la vida por enfermedad.
Se relata que el hombre, aún en condiciones de salud graves, fue puesto bajo candado sin nada de asistencia médica ni acompañamiento.
Cuentan las voces migrantes que allí coinciden que, como a mitad de la noche del veinteavo día, se detuvieron las quejas en la celda del haitiano; y a las seis de la mañana que fueron a echarle ojo, estaba el cuerpo rodeado policías federales y demás uniformados tomando fotografías de la escena.
El cadáver fue recogido por las autoridades sin explicaciones.
Los testimonios dicen que el hombre estaba bien cuando llegó, de salud, pues, pero que al cabo de quince días comenzó a comunicar dolores de cabeza y pecho y que tenía fiebre y se sentía agitado.
Aún con ello, las autoridades migratorias evitaron la evidente necesidad de atención médica.
Un día, dicen, que sí vino un médico, y que algo le inyectó sin explicarle qué era.
«Lo dejaron agonizar hasta morir durante toda la noche, por los gritos que escuchamos«, coincidieron todos los testimonios.
El colectivo pide que se investigue a la muerte del ciudadano haitiano MA y se sigan los procedimientos para verificar hechos y determinar responsabilidades y sanciones.
Solicitan, también, la puesta en libertad de las personas que tienen detenidas; la presencia pronta de personal de la COMER en la Estación Migratoria Siglo XXI y la intervención de la Procuraduría Federal de Protección de Derechos de Niños, niñas y adolescentes en la Estación Migratoria Siglo XXI.
A su vez, exigen medidas adecuadas de atención médica en las estaciones migratorias, la puesta en marcha de medidas reparadoras para revocación de la deportación de la familia separada y protección para los y las testigos de los hechos sucedidos sin que la solución sea la deportación inmediata.
Fuentes: Pie de Página y la 72 Tenosique.