Durante la administración de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos se han registrado, al menos, 15 tiroteos que dejaron como saldo a 186 personas asesinadas.
Sólo el día de ayer, tres balaceras invadieron los diarios de todo el mundo, siendo la de El Paso Texas la que más llamó la atención porque le costó la vida a 20 personas. Además, en Dayton, Ohio, horas después, otros 9 ciudadanos perdieron la vida, mientras que en Chicago siete personas fueron heridas con disparos de arma de fuego.
Organizaciones de la sociedad civil norteamericana, así como algunas voces del sector político, artístico y cultural, han hecho el llamado para que se reforme la tercera enmienda de la Constitución de tal manera que la compra, venta y posesión de armas sean reguladas.
El 20 de septiembre del 2018, tres personas fueron asesinadas por Snochia Moseley, una mujer afroamericana de 26 años en Aberdeen, Maryland.
El 28 de junio del 2018, en el Condado de Anne Arundel, a las afueras de Annapolis, también en Maryland, en las oficinas del periódico «The Capital«, un ataque dejó como salgo a cinco personas fallecidas e hirió gravemente a algunos trabajadores que estaban cumpliendo con su turno laboral en la redacción del diario.
El primero de octubre del 2017, Stephen Paddock, ciudadano estadounidense de 64 años de edad, disparó desde su cuarto de hotel contra un nutrido grupo de personas que se encontraban en un festival de música country. El saldo del atentado fue de 59 personas asesinadas. El artífice de la masacre se quitó la vida. Este ataque es considerado como el segundo peor en la historia de los Estados Unidos, sólo por detrás del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York en 2001.
El 28 de julio del 2019, se produjo un tiroteo masivo en el Festival de Ajo Gilroy, California, que resultó en cuatro muertes, incluida la del pistolero.
El 5 de noviembre del 2017, un tiroteo masivo perpetrado en la Iglesia Bautista de Sutherland Springs, en el estado de Texas, le quitó la vida a 26 personas e hirió a 20 más.
Este ataque es considerado como el peor en la historia del estado fronterizo.
El 7 de noviembre del 2018 un tiroteo masivo en Thousand Oaks, California, en el Borderline Bar and Grill, un club de baile country frecuentado por estudiantes universitarios, le arrancó la vida a 12 personas. El atacante también perdió la vida durante el atentado.
El 31 de mayo del 2019, DeWayne Craddock abrió fuego y mató a 12 personas en un edificio municipal en el área de Princess Anne, en Virginia Beach, Virginia, Estados Unidos. Más tarde, el homicida fue ultimado por agentes de la policía.
El 28 de agosto del 2018, durante un torneo en línea del videojuego Madden NFL 19, David Katz, de 24 años, irrumpió en el GLHF Game Bar del Centro Comercial Jacksonville Landing en Jacksonville, Florida y asesinó a tiros a dos personas, hirió a once más y posteriormente él se quitó la vida.
El 18 de mayo del 2018 Dimitrios Pagourtzis ingresó a la Escuela Secundaria de Santa Fe para asesinar a balazos a 10 personas y herir a 13 más. La institución educativa, está ubicada en el área metropolitana de Houston. Pagourtzis fue detenido por agentes de la policía y puesto a disposición de la justicia norteamericana.
El 14 de febrero del 2018, se produjo un tiroteo masivo en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. El saldo de la masacre fue de 17 personas fallecidas y catorce más hospitalizadas. El responsable del ataque fue un joven estudiante de la misma escuela llamado Nikolas Cruz.
El 27 de abril del 2019, un hombre armado con un fusil tipo AR-15 disparó dentro de la Sinagoga Jabad de Poway en Poway, una ciudad ubicada cerca de San Diego, California. Una mujer murió y otras tres personas resultaron heridas.
El 2 de marzo del 2018, un tiroteo en la Universidad Central de Michigan dejó como saldo a dos personas muertas. La policía universitaria dirigió una persecución para atrapar al responsable del atentado.
Por último, el 30 de abril del 2019, la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte fue sede de una balacera que le arrancó la vida a dos personas e hirió a tres más.
La agresión ocurrió dentro de un aula en el edificio Woodford A. Kennedy mientras los estudiantes daban una presentación final. Un sospechoso, Trystan Andrew Terrell, fue puesto bajo custodia policial.
