Fuente: Sin Embargo.
Según la información del portal Sin Embargo, en el sexenio de Enrique Peña Nieto el gobierno de México financió «narcoseries» con el fideicomiso Proméxico. Las series tomarían dramas de narcotraficantes de Culiacán, Sinaloa.
Este patrocinio, pagado con 17 millones de pesos del dinero público, fue dirigido a producciones que serían comprada por Blim, la famosa plataforma de transmisión virtual que sacó Televisa con el fin de competir con el modelo de negocios de Netflix y otras similares.
La Piloto y Las Buchonas de Tierra Blanca fueron las narcoseries producidas por «PS By Lemon«, empresa que recibiría 17 millones 500 mil pesos del organismo paraestatal dirigido entonces por Paulo Carreño King, en un ecosistema político que, por supuesto, todavía lidiaba con el problema del crimen organizado y la violencia que le acompañaba, y acompaña.
El tal Proméxico, que luego desvirtuaría Andrés Manuel López Obrador, fue creado en 2007, con Felipe Calderón en la presidencia, según para constuir una política promotora del turismo y el comercio exterior.
En 2010, el fideicomiso tuvo el Programa de Otorgamiento de Apoyos a Proyectos de la Industria Cinematográfica y Audiovisual, el llamado Fondo pro audiovisual. Con ése se produjo «cine» mediante productoras privadas.
Además, también la serie de acción Run Coyote Run, recibiría apoyo de parte del fideicomiso, de acuerdo a un Informe de la Auditoría Superior de la federación. Esa serie fue creada por los «Estudios Film S.A. de C.V.«.
La investigación de Sin Embargo comprueba la promoción gráfica del narcotráfico como un delito atractivo por ser ensalzado mediante la fama y la estelarización de vendedores o negociadores de droga.
Cierto es que tanto La Piloto como Las Buchonas de Tierra Blanca tomaron a Culiacán como escenario y fueron escritas por el colombiano Jörg Hiller.
En la primera de las narcoseries, la protagonista era Yolanda Cadena, una mujer que quisiera ser pilota y, en esa búsqueda, tiene que recurrir a transportar droga entre México, Colombia y Centroamérica.
De manera muy parecida, Las buchonas de Tierra Blanca narran la historia de cuatro mujeres que están cerca del narcotráfico y cuya realidad gira en torno a la práctica ilegal.
Así fue como el gobierno de Peña Nieto enarboló la figura del narcotráfico, idealizando un delito internacional y creando, de cierta manera, el ambiente perfecto para sucesos como el que hace unos días protagonizó uno de los hijos del Chapo Guzmán.