Esta tradición mexicana viene desde nuestros antepasados. Dentro de las costumbres Aztecas, al fallecer una persona, le doblaban las piernas en posición de sentado, afirmaban brazos y piernas atándolos firmemente y en un lienzo acabado de tejer colocaban el cuerpo al cual le ponían en la boca una bella pieza de jade que era el símbolo de su corazón. La persona tendría que dar el jade a los dioses en su camino a Mictlán, la residencia de los muertos, enseguida cosían el lienzo con el cadáver dentro y ataban encima un petate.
En una gran plaza alejada a propósito, preparaban una pira funeraria y situaban encima el cadáver rodeado de las cosas que poseyera en vida: su escudo, espada, etc. La viuda, la hermana o la madre preparaban tortillas, frijoles y bebidas. Un sacerdote debía comprobar que no le faltara nada y después prendían fuego y mientras las llamas ardían, los familiares sentados aguardaban el fin, llorando y entonando tristes canciones. Las cenizas eran puestas en una urna junto con el jade.
Los Aztecas creían ser inmortales y la muerte no era más que una forma nueva de vida. En el mundo Azteca del más allá había 13 cielos y 9 infiernos. Cada persona que moría, iba a dar a un mas allá de acuerdo con la ocupación que hubiera tenido en vida.
Cuando las almas llegaban al séptimo infierno, como prenda de buena conducta debían dejar la pieza de jade que los vivos habían puesto en su boca. Al terminar el viaje, quedaban situados en el noveno infierno.
En la época precolombina se conocía el altar de muertos con el nombre de TZOMPAMTLI, celebraban este día a la diosa COATLICUE (la madre de los dioses), la diosa que todo lo hace y lo deshace.
Preparaban un altar en forma de pirámide el cual era cubierto con papel teñido de diferentes colores; en la primera parte colocaban una imagen de ella, en el segundo nivel ponían comida, flores y velas acompañadas con un incensario (copal). El tercer nivel lo decoraban con velas y flores en el piso haciendo un camino de follaje, el cual se adornaba con flores y velas en las orillas.
Con la llegada de los españoles, llega el cristianismo. Esta doctrina señala al individuo como un ser integrado de cuerpo y alma, por lo que los altares u ofrendas eran de elementos de esta nueva religión como: santos, Cristo, cruces y algunas frutas que no existían en América.
Ahora el altar es una combinación de la cultura mexicana con la europea.
Leer nota completa: http://pacifictimesonline.com/%C2%BFde-donde-viene-la-celebracion-del-dia-de-muertos
Aportación de: L.E. Gabriela Fimbres N., Subdirectora Académica