AL MOVIMIENTO DE UNIFICACIÓN Y LUCHA TRIQUI
Compañeros y compañeras:
Agradezco infinitamente recibir comunicación de lo que sucede en nuestra patria y acompaño su lucha permanente por justicia y libertad para la nación Triqui, desde mi modestas posibilidades en mi condición de refugiado político.
Ahora que se cumplen trece largos años de búsqueda y espera permanente por la presentación con vida de las compañeras Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, cuando la impunidad y la falta de atención a las demandas del pueblo de Oaxaca son el sello característico del gobierno de turno, del administrador de las políticas de desprecio y despojo para los pueblos indígenas. Hermanos y hermanas indígenas que cargan con la sentencia de ser culpables de su pobreza y abandono desde antes de nacer, a quienes se les ha satanizado, excluido, reprimido y castigado por siglos. Tenemos el derecho y la obligación de exigir que se respeten nuestros más elementales derechos como seres humanos, sobre todo, derecho a la justicia, a la vida y la libertad.
Por eso, en este andar permanente por la ruta de la paz para nuestros pueblos, por mejores condiciones de vida, es necesaria la movilización, la educación y la preparación permanente para oponer un muro de pueblo a las políticas neo coloniales que pretenden borrarnos de la faz de la tierra.
Es necesario llegar a todos los rincones de esa tierra para decirle al mundo que en Oaxaca, en México los pueblos originarios seguimos siendo oprimidos y explotados, desaparecidos, perseguidos, encarcelados y asesinados como en los peores tiempos de la colonia o la dictadura porfirista. Que nos enfrentamos a las viejas formas de dominio y esclavitud, a las viejas formas de desprecio a nuestras vidas y a nuestros derechos.
No, no estamos todos y todas, nos siguen faltando las compañeras desaparecidas, los compañeros desaparecidos, las presas y los presos, las perseguidas y los perseguidos, las asesinadas y los asesinados.
Somos un pueblos que sigue luchando y gritando su hambre y sed de justicia, más allá de las necesidades materiales para la sobrevivencia.
Ante la pobreza y marginación permanente, la pandemia del COVID-19 exhibe la descarada política de negación y privación del derecho a la salud, el robo y la corrupción que atentan contra el pueblo de Oaxaca, de México y sus derechos a crecer y desarrollarse en un estado, en un país, en un mundo libre de violencia.
Basta ya de negarle al pueblo de Oaxaca y de México sus derechos:
Somos seres humanos, hombres y mujeres que tenemos el derecho de vivir en paz. Derecho a vivir y vivir bien. Vivir acompañados de la justicia y con dignidad. Vivir.
Reciban toda mi solidaridad para las compañeras y compañeros defensores de derechos humanos, para las compañeras y compañeros periodistas que buscan verdad, justicia, reparación y no repetición.
¡DANIELA Y VIRGINIA ORTIZ RAMÍREZ, PRESENTACIÓN CON VIDA YA!
¡ALTO A LA REPRESIÓN!
¡ALTO A LA IMPUNIDAD!
¡CASTIGO A LOS CULPABLES!
Fraternalmente:
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos
Reino de España, domingo 05 de Julio del 2020