El objetivo es concientizar y empoderar a las niñas y jóvenes
Diana Manzo
Ixtaltepec, Oax. (página3.mx).- Hablar de la “virginidad” dentro de la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec y narrar el sentir de las mujeres respecto a este rito tradicional que aún se vive, es la historia de un documental “Huachinango Rojo, Behua Xiña”, que dirige Cintya Lizbeth Toledo Cabrera, quién ganó el estímulo a la creación audiovisual en México y centroamérica para comunidades indígenas y afrodescendientes 2020.
Actualmente esta obra cinematográfica que dura 30 minutos, se encuentra en la etapa de post-producción y probablemente quede listo para mediados del mes de junio de este año, en la cual Cintya y cinco colegas más se desarrollan en los pueblos indígenas de esta región oaxaqueña.
En esta zona de Oaxaca, todavía las mujeres, en especial las que se casan a temprana edad demuestran su virginidad en una tradición llamada “El rapto”, la cual es controversial, pues hay personas a favor y otras en contra, porque aseguran denigra el valor de la mujer, sin embargo, para muchas familias es un orgullo. Hay baile, fiestas y coronas de flores rojas como señal de pureza y cuando no, la mujer es rechazada por la sociedad.
Cinthya, una joven intrépida y soñadora, asegura que jamás pensó en obtener un apoyo económico del IMCINE y que ahora que lo vive, es un sueño a su vida profesional, pues para ella, contar a través de una película de la virginidad y las mujeres, es concientizar y empoderar a las niñas y jóvenes.
El nacimiento de “Huachinango Rojo, Behua Xiña” surgió por la tesis de Cintya que incluía un documental, lo presentó como un proyecto ante el IMCINE y fue aceptado, a lo que la reconoce, “es una buena oportunidad, que no imaginó”.
La joven de 24 años de edad y originaria de Ixtaltepec Oaxaca, es egresada de la carrera de comunicación y explica que la virginidad va más allá de un ritual tradicional y resalta la labor de mujeres de comunidades indígenas que dan otra opción, más allá del matrimonio, por ejemplo, ser poetas y escritoras.
El rodaje del documental comenzó el año pasado y por la pandemia del Covid-19 se ha retrasado, ahora solo falta una entrevista y comenzar con las animaciones y una serie de actos que se integraran para la etapa ultima, de presentación.
Ella es la directora y guionista, mientras que el resto de sus compañeros desempeñan el papel de camarógrafos, productores y también de la escenografía y las locaciones de tal forma que la historia muestra un rostro de la virginidad pero lo complementa con acciones de las propias mujeres de la sociedad civil.
Lo complicado de este rodaje ha sido recabar la información, pero por fortuna se ha logrado, por lo que las expectativas son altas en espera de la proyección.
Esta producción totalmente istmeña e independiente es un ejemplo de que la calidad de trabajo para el cine. Cintya Lizbeth está contenta, y le comen las ansias de concluir, su intención no es causar controversia, sino crear conciencia.
