BADIRAUATO, SINALOA.- En este lugar pasaron desapercibidas todas aquellas historias que surgieron de los pueblos cercanos. Aquí, en Surutato, están a marchas forzadas para terminar cabañas por doquier, lo mismo con la nueva plazuela y restaurantes. Se puede observar desde las calles empedradas a mujeres y hombres trabajando para terminar de construir el proyecto turístico más importante de toda esta región enclavada en la Sierra Madre Occidental, en el llamado ‘Triángulo Dorado’ por la alta producción de drogas ilegales, sobre todo de amapola y marihuana. Este pueblo de Badiraguato no tiene un dejo de los mitos o leyendas del ‘narco’, sólo las creadas por sus mismos pobladores.
Ninguna persona aquí ignora los nombres de los personajes que nacieron en este municipio, quienes son o fueron buscados por las autoridades mexicanas y extranjeras como Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, o Rafael Caro Quintero, pero eso no es el tema de conversación principal como se habla en corridos y decenas de notas periodísticas.
Las mujeres y hombres de Surutato están preocupados por ser un destino turístico similar a lo que sucede en otros municipios del país, como Mazamitla o Tapalpa en Jalisco, o Valle de Bravo en el Estado de México. Cabañas y chalets por doquier, con aserraderos funcionando a toda hora, soltando el olor a madera recién talada de los pinos, cedros y encinos de esta región.
Esta es la idea de un grupo de estudiantes que se graduaron del Centro de Estudios Justo Sierra (CEJUS), una escuela que surgió en 1978 con una metodología adaptada para hacer crecer y desarrollar habilidades comunitarias, de autogestión y conocimiento social.
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