DemocraciaHay de ilegalidades a ilegalidades: El indebido proceso

Hay de ilegalidades a ilegalidades: El indebido proceso

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Adrián Lobo

Tuve la ocasión en días pasados de ver una entrevista al diputado César Morales Niño sobre el tema de la crisis del sector salud en Oaxaca.

Dijo algunas cosas que ya se sabían, como que se han estado desviando —de dos sexenios atrás y lo que va del presente— los recursos económicos que corresponden a pagos a terceros institucionales y no institucionales para cubrir las nóminas, ya que no se tenía la capacidad de pago necesaria, lo que ellos llaman «el techo financiero». Últimamente hasta lo que les ha dado el INSABI se han gastado en otras cosas diferentes a las que se supone correspondía.

No recuerdo si dijo algo sobre que se hayan robado el dinero, o que se haya beneficiado a conocidos, amigos y familiares de los funcionarios, que es algo que se ha dicho mucho entre los trabajadores, aunque el tema de los aviadores sí salió a relucir.

El diputado dice que los sindicatos engañaron a los trabajadores asegurándoles que el INSABI los iba a contratar y a darles plazas de base. Al menos en el HGDAV, lo digo sin ánimo de defender a nadie, nunca se nos dijo eso. Y no me crean a mí, cualquier trabajador de ese nosocomio lo puede confirmar, si no fuera suficiente con nuestro dicho existen como prueba mensajes enviados en grupos de WhatsApp.

Dijo también algo que es bastante lógico y que quizá ya muchos trabajadores intuíamos: Que la situación de los trabajadores formalizados y regularizados no es en realidad tan formal ni tan regular, después de todo, y que están casi tan fuera de todo orden como estamos los eventuales. Era casi obvio porque una cosa es el gobierno federal y un asunto diferente el estatal.

Entre otras cosas más el señor diputado dijo varias que considero auténticas barbaridades. Primero, dijo que esos contratos son «ilegales», toda vez que se realizaron sin contar con el respaldo económico para hacerlo, ya sabe usted, el famoso «techo financiero». Yo creo que aquí se ha confundido el término «indebido» con «ilegal». A menos que haya alguna ley —creo yo que no la hay— que específicamente prohíba a las instituciones públicas contratar personal  —hacer gastos, en general— sin contar con algo así como un estudio de su capacidad de pago que lo avale, entonces no hay ilegalidad alguna en el mero acto de contratar.

Es una tontería y una irresponsabilidad hacerlo en esas condiciones pero no es ilegal. Lo que hicieron es lo que yo llamo «El indebido proceso». Quizá sería más adecuado «El indebido proceder».

Creo que incluso el ciudadano promedio alguna vez ha incurrido en gastos indebidos, de ahí vienen muchas veces las deudas, ¿no es cierto? De ser ilegal gastar dinero que uno en realidad no tiene, las tarjetas de crédito estarían prohibidas, su uso sería un delito y los bancos serían grandes criminales. Lo mismo las «financieras», «cajas de ahorro» y similares que prestan dinero. Sé que no es exactamente igual, pero es en la práctica el mismo proceder.

Lo ilegal en este caso fueron las acciones que tomaron posteriormente a la adquisición de compromisos contractuales, esto es, precisamente los desvíos de recursos, ese fue el acto ilegal, irresponsable y hasta inmoral. En el caso de uno como ciudadano no es lo ilegal contraer deuda sino robar para pagarla. En la secretaría hicieron lo mismo.

El segundo punto que me llamó la atención es que éste señor diputado sugiere que los trabajadores formalizados, regularizados y eventuales que fuimos, según él, contratados «ilegalmente», somos cómplices de los funcionarios delincuentes. ¡Me hierve el buche! ¡Va a resultar luego que la culpa es nuestra, por querer trabajar!

Pero dice a continuación una verdad, que el desconocimiento de las leyes no excusa de su cumplimiento pero en este caso, si bien de alguna manera se podría decir que fuimos beneficiados con esos recursos, no participamos en nada para la obtención de los mismos que es precisamente el acto ilegal. Podría yo, por tanto, aceptar in extremis que de alguna retorcida manera hemos sido copartícipes como él dice pero no cómplices de los desvíos y por lo tanto no somos tampoco corresponsables.

Para mí que está fácil aparentemente: Nosotros somos ajenos a los manejos perversos. Pero hay otro aspecto: Supongamos que alguien entrega en pago un auto robado, que sabe que es robado. Quien lo recibe desconoce su origen y lo acepta. Al descubrirse todo, el legítimo dueño tiene derecho a recuperar su vehículo sin que quien lo recibió tenga opción alguna de reclamar la propiedad, ¿no sería así? Además la persona que ha recibido el pago ilegal, aunque debería ser investigado, creo yo que no sería justo acusarlo de cómplice.

Ahora bien, esto nos pone ante un escenario donde podrían presentarse varias situaciones, de acuerdo a los dichos del diputado:

  • Los trabajadores formalizados, regularizados y eventuales podríamos ser terminantemente despedidos sin ninguna responsabilidad para la parte patronal quedando estos trabajadores sin ninguna protección ni oportunidad de reclamar nada, lo cual el diputado mencionó con todas sus letras, argumentando que no existió nunca ninguna relación laboral por la misma supuesta condición ilegal de la contratación ni existe tampoco defensa alguna para los trabajadores.
  • En un caso extremo, sería exigible a esos trabajadores la devolución de los sueldos, bonos, compensaciones, créditos y demás que hayan obtenido durante el lapso de tiempo que han laborado para el sector salud como reparación del daño ocasionado al erario. Lo cual no mencionó el diputado pero que podría estar implícito en sus dichos anteriores.

¿Se imagina usted las proporciones de la catástrofe? Yo no sé quién es ese diputado ni a qué partido pertenece ni me interesa. Me gustaría saber cuál es su agenda, porque parece que está tratando de provocar ciertas respuestas, meter ruido en el escenario político o entorpecer algunos procesos o favorecer otros, no sé de qué se trata, pero a mí me parece que no tiene intención alguna de participar activamente en obtener justicia en este caso, donde los menos culpables somos los trabajadores. ¿Qué es eso de «darle seguimiento a las denuncias»? Como dicen en mi pueblo, eso y nada, es lo mismo.

Yo no sé qué gana «denunciando» hechos ya conocidos desde hace años,  introduciendo elementos de escándalo, quizá sin sustento alguno. Vamos, que a mí me parece más un afán protagónico o un acto de apoyo a intereses ocultos y en último grado una deslealtad al pueblo y una traición. En vez de eso, si está en el ámbito de su competencia, debería ocuparse en hacer lo que esté en sus manos para agilizar el proceso de solución, encontrar a los responsables y hacerlos responder por sus actos, sin perjudicar a los auténticos trabajadores.

Yo estoy de acuerdo, no sin cierto pesar, en hacer eficientes las instituciones aunque eso implique menos personal en ciertas áreas, siempre y cuando se reduzcan también las prerrogativas de los sindicatos, como por ejemplo limitando el número de trabajadores «comisionados», que ya vimos que son una importante carga financiera para la institución. Si hay que hacer sacrificios, qué mejor que hacerlos todos, en un mismo sentido.

Actualmente dichas «comisiones sindicales» son también una importante moneda de cambio para pagar lealtades y fidelizar adeptos. Además se ha comentado insistentemente que seguramente parte de ese dinero desviado y robado ha ido a parar a los bolsillos de alguno que otro dirigente sindical y no solo al de los funcionarios.

Me pregunto por qué no dice el señor diputado que desde siempre los trabajadores de los niveles más bajos en la pirámide que es el sistema de castas de trabajadores del sector salud, los eventuales y en una mucho menor medida formalizados y regularizados, hemos sido en gran medida los que sostenemos los servicios, los que hacemos que esto funcione, los que obligatoriamente hacemos turnos extra, los que tenemos que cubrir a los sindicalizados de mayor antigüedad cuando aquellos tienen algún evento o comisión sindical.

¿Por qué no dice que durante el primer año de la pandemia fuimos nosotros quienes nos quedamos a trabajar, cubriendo los espacios que dejaron descubiertos los compañeros que se fueron a «resguardo domiciliario» durante alrededor de un año?

De verdad que no creo que merezcamos nosotros los trabajadores de salud, personas de a pie, que se nos dé ese trato. Quisiera que así tan fácil y tajantemente como dice que podemos ser despedidos sin ninguna opción de defender nuestro empleo también dijera que más allá de «reconocimientos» al sector salud merecemos un poco de consideración al menos.

No merecemos que diga que «algunos» sí trabajaron, ni que ahora, muy resignadamente prácticamente nos diga que es natural e inevitable que nos quedemos sin empleo, casi diciendo que demos las gracias por todos estos años, que pudieron haber sido cinco, diez, quince, como si los hubiéramos pasado en un día de campo o en un parque de diversiones.

Quisiera que al menos él supiera qué se siente tener empapadas de sangre las manos de un niño herido al que se intenta ayudar, que supiera de propia mano cómo es amortajar a un paciente que al movilizarlo le fluye por alguna parte una porción del desayuno que tomó por la mañana, que me pudiera decir qué se siente tener enfrente de uno a un paciente con las tripas de fuera. ¿Habrá intentado alguna vez aliviar el sufrimiento de un bebé con síndrome de abstinencia?

Me gustaría verlo intentar movilizar él solo a un paciente con el que se debe tener extremo cuidado porque la piel se le está desprendiendo. ¿Sabrá lo que es tener que cargar una pierna o un brazo amputado, todavía tibio y llevarlo al mortuorio? ¿Sabrá qué se siente ver a los padres de un recién nacido llorar por su muerte? ¿Habrá tenido alguna vez que arreglárselas para movilizar a un paciente quemado, intentando encontrar un espacio de su cuerpo donde no le cause más dolor mientras le hacen alguna curación?

Sólo por mencionar algunas situaciones que he vivido en lo personal. Seguramente personal médico y de enfermería puede contar otras muchas y más dramáticas.

No, señor diputado César Morales Niño, ustedes en el gobierno no están ahí para solamente para ver pasar las injusticias, están ahí para evitarlas y para remediarlas. A nombre de todos los trabajadores formalizados y regularizados pero principalmente eventuales del sector salud de Oaxaca, servicios de salud o secretaría de salud del estado o como quiera que se llame, se lo digo aquí,  por si lo ha olvidado. No la tienen ustedes fácil pero, ¿le parece a usted que nosotros sí?

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