El 7 de noviembre del 2020 Susana Cerón Zenteno, quien trabajaba en la Secretaría de Seguridad Pública, fue privada de su libertad y asesinada por su entonces pareja Efrén Hernández, policía estatal, quien pese a estar detenido por la desaparición y el feminicidio sigue sin ser sentenciado
Por: Aranzazú Ayala Martínez | Foto de portada: Olga Valeria Hernández | Lado B
El sábado 7 de noviembre de 2020, Susana Cerón Zenteno estaba en pijama, en casa de su tío, con casi toda su familia reunida: su mamá, su tío, su hermano, sus tres hijas —que en ese momento tenían cinco, nueve y 11 años— y también su pareja, el policía estatal Efrén Hernández Romero. Esa noche discutieron frente a todos; Efrén estaba aparentemente alcoholizado y le quitó el teléfono a la joven de 33 años de edad, forcejearon, la subió a su camioneta y se la llevó mientras la mamá de Susana los veía perderse en las calles hacia la noche.
La señora Susana Zenteno estuvo todo el domingo pegada a la ventana, esperando que su hija regresara, pero nadie llegó. Al día siguiente, junto con su familia, fueron a interponer la denuncia por desaparición y siguieron buscándola, llamándole y mandándole mensajes al teléfono, mensajes que alguien leía pero no contestaba.
El 19 de noviembre, el cuerpo de una mujer fue encontrado en Cuautlancingo, en un paraje cerca del Periférico Ecológico. Un día después, la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó la identidad de Susana, después de haber estado 13 días desaparecida.
El principal sospechoso era Efrén, su pareja, quien se dio a la fuga. La familia del policía no permitió que catearan la casa donde vivía, y no se sabía nada de él.
El propio gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo en una de sus conferencias de prensa que las autoridades buscarían al policía estatal, quien fue detenido hasta el 19 de enero de 2021 en Chiapas, donde se ocultaba y ya incluso tenía documentos falsos.
Hasta ahora Efrén permanece preso en Puebla, acusado por los delitos de desaparición y feminicidio. Pero la justicia no ha avanzado, pues la familia de Susana se ha enfrentado a la lentitud y obstáculos de las autoridades, aunado a la falta de apoyo para las tres hijas que ahora tienen seis, 10 y 12 años de edad.
Promesas incumplidas, sin justicia
A casi un año del feminicidio, solo se ha celebrado la primera audiencia del caso. La mamá de Susana y su hermano Mario dijeron que el Tribunal ha cancelado la segunda audiencia en cinco ocasiones bajo distintos argumentos: primero que el imputado no tenía defensa, después que su defensa seguía revisando el expediente, y luego que la sala no estaba disponible, o no estaba en condiciones.
La familia tiene una abogada de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género Contra las Mujeres y un asesor jurídico por su calidad de víctimas indirectas, pero ninguno ha dado acompañamiento puntual ni respuestas.
Un día antes de la última audiencia fijada para el martes 28 de septiembre, cerca de las 11 de la noche, el asesor jurídico informó vía WhatsApp a la familia que se retiraba del caso porque dejaría de laborar en el gobierno. Así, el día de la audiencia, la familia llegó sin acompañamiento legal, y por si fuera poco el evento fue cancelado sin previo aviso.
LADO B contactó al enlace de prensa del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, quien está a cargo de todo el proceso, para preguntarle los motivos del retraso de la audiencia, pero hasta el momento de esta publicación no había recibido respuesta.
Además, desde el 26 de noviembre, menos de una semana después del hallazgo del cuerpo de Susana, el gobernador Miguel Barbosa dijo en su rueda de prensa mañanera que daría apoyo a las tres hijas de la integrante de la SSP.
“Yo ya lo instruí, ya lo instruí, hay que ayudar a esas niñas, hay que ayudar. Claro que sí. Ya lo estamos, ya lo encargué, ya lo estamos haciendo y me voy a empeñar en que se hace”, dijo el gobernador.
Sin embargo, al día de hoy tampoco han recibido ningún apoyo. La señora Susana ha ido varias veces al C5, lugar donde están los documentos laborales de su hija, quien trabajaba como analista para la SSP, pero solo les dan largas, y a veces no los dejan siquiera entrar al inmueble.
Las autoridades habían prometido a la familia que tendrían protección de la Policía Estatal al menos durante medio año, pero aseguran que nunca se presentaron para cuidarlos.
La señora Susana y su hermano Mario se cuestionan el porqué no ha habido justicia. Dijeron que saben que es un proceso que lleva tiempo, pero desde que Efrén está preso, hace ya diez meses, no ha habido el más mínimo avance. No ha habido un juicio por la desaparición y el asesinato, no hay apoyo para las huérfanas, y el feminicidio de Susana sigue en el olvido.
Ver original: https://www.ladobe.com.mx/2021/10/el-feminicidio-de-susana-ceron-continua-sin-fecha-para-juicio/