Adrián Lobo
Oaxaca.Oax (pagina3.mx).-He estado desde hace casi cinco años intentando encontrar la mejor manera en que los todavía Servicios de Salud de Oaxaca, de los que forma parte el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, puedan ser cimbrados desde sus más íntimas fibras de manera que se produzca un despertar que conduzca a que empiecen a moverse por encima de la línea de flotación.
Algo así como nuestra propia versión de la «terapia del shock», una buena, no como la infame de los Chicago boys, la CIA y esas cosas.
Probablemente estoy diciendo puras barbaridades pero quizá de alguna manera se entienda lo que quiero decir. Podría ser algo como, en el caso de una persona, una «intervención» (como en el programa «Intervention»); en el caso de una guitarra eléctrica sería algo como un ajuste de alma y templado de trémolo. Vamos, algo que actúe como un revulsivo.
En cuanto a los deportes recuerdo ahora que a los narradores de «foobal» en México les encanta la palabrita para referirse a lo que puede significar un jugador que entra de cambio. Recuerdo también que algunos corredores de fondo, a mitad de la carrera de pronto entran en una crisis y casi colapsan pero usualmente después de volver el estómago suelen sentirse mejor y vuelven a la competencia.
En fin. No habría imaginado entonces, cuando empecé a trabajar ahí, donde ahora ya no trabajo gracias al júnior Murat, que ese agente cuasi mítico vendría a ser el IMSS.
¡Ah, sí! Ahora que el proceso de absorción de los SSO por el IMSS está en marcha algunos importantes cambios también se han emprendido, según se dice.
Como siempre, hablo de rumores, de cosas que se comentan en radio pasillo, casi de ninguna de estas supuestas intenciones hay evidencia por escrito. Entre lo más notable que se escucha por ahí es que al personal que se encuentra ya en la posibilidad de jubilarse se le planteará en forma casi coercitiva, el que tomen por fin la alternativa. Se comenta que a modo de estímulo, habría un bono de por medio.
Y hablando de bonos, se dice que la mayoría de ellos, que según mi percepción se fueron obteniendo algunos como «logros sindicales», como el injustificable llamado bono de «asistencia perfecta» y otros de plano como dádivas gubernamentales, como en el caso del «bono sexenal», terminarán por desaparecer. Lo cual por supuesto no es una medida que se reciba con entusiasmo.
Otros aspectos en el terreno de lo estrictamente laboral de todos los días también tendrán ajustes, como los horarios de trabajo. Resulta que por angas o por mangas algunos compañeros trabajan media hora menos y en el turno vespertino en general la jornada es de 7 horas y media, esto según yo, de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo, pero según los rumores, de acuerdo a los reglamentos del IMSS, tendrán que ajustarse todos esos casos a una duración de ocho horas.
En el HGDAV, quizá en todo lo que todavía es parte de los SSO, existe algo llamado «Turno especial», el cual integran aquellos compañeros que trabajan únicamente los sábados, domingos y días festivos, de ocho de la mañana a ocho de la noche. Entre otras cosas esto permite que más compañeros puedan descansar esos días, aunque es preciso hacer notar que a pesar de eso muchos compañeros tienen sus descansos «entre semana». Pues bien, otro de los rumores que se han propalado es que ese turno especial también tiene como destino desaparecer.
Todos estos cambios a mi parecer tendrán un gran impacto, espero que para bien, y seguramente encontrarán resistencias, mismas que esta vez considero que no tendrán eco en la representación sindical, que ahora mismo percibo sin fuerza, estando como está, también en vías de extinción.
Otro más de los cambios que se esperan, en busca de imponer un poco de orden en ese caos llamado SSO, es en lo que respecta a lo que se conoce como la relación «Código – función», que no es otra cosa más que verificar que cada trabajador se encuentre realmente desempeñando aquellas labores para las que fue contratado y no como ahora, que por misteriosas razones no es difícil encontrar compañeros que están desempeñando tareas muy distintas a las que describe el código del puesto que se especifica en su contrato.
A pesar que hace muchos años la secretaría no tiene personal directamente en la nómina que realice labores de limpieza, mismos que en su momento existían, nunca dejó de haber personal con código de afanador, que actualmente desempeña funciones muy distintas. Encuentro ilógico que al desaparecer el puesto los códigos de esos compañeros no hayan sido nunca actualizados, ¿cuál es el sentido de conservar un código que describe una función que no existe? Pues tampoco lo sé, pero así ocurrió.
El problema ahora es que después de todos esos años (muchos) en que compañeros con código de afanador han estado desempeñando tareas muy distintas, aparentemente se les estará requiriendo retomar esas funciones de aseo de las instalaciones, a lo cual, quizá comprensiblemente, muchos seguramente no estarán dispuestos, aunque haya de por medio un papel, muy viejo tal vez, que dice que se les contrata precisamente para eso. Si hay algún culpable de ese entuerto, seguramente no lo es ninguno de esos trabajadores, creo yo.
Y así hay algunos puntos más, como hacer que se cumpla con las funciones que señala el manual de cada puesto, no como ahora, que se ha estado improvisando en algunos puntos no muy claros o huecos que existen en dichos manuales. Incluso se ha dado el caso en que se han inventado puestos para cubrir funciones que al parecer no se tenía muy claro a quién correspondían y que por supuesto nadie quería asumir, por las razones que sea, como es el caso del lavado de material en el área de pediatría.
Esas tareas las encargaban hace muchos años a los camilleros, cuando el departamento recién había sido creado, por simple inercia ya que aquellos primeros camilleros antes de serlo tuvieron a su cargo tareas de limpieza,toda vez que fueron algún día afanadores, pero con la evolución del puesto se decidió que no era en realidad parte de la función del camillero por lo que dejaron de hacerlo, con lo que lógicamente habría de recaer esa labor en el personal de enfermería. Situación que no fue nunca del agrado de dicho personal. Por exceso de trabajo, por desagrado o por engreimiento, vaya usted a saber.
El caso es que se dice que ya no habrá personal que se dedique exclusivamente a lavar material, lo que habrán de hacer, en adelante, las enfermeras. Me gustaría ver la cara que van a poner algunas ex compañeras, cuando les den las buenas nuevas, me gustaría sobre todo ver si realmente lo harán. Imagino que la solución será, como siempre, dejar esas labores menos glamorosas a las de menor antigüedad o categoría, como aquellas que no son licenciadas en enfermería sino auxiliares.
Así es que como se ve, será todo un impacto, el tratamiento indicado por el IMSS a los SSO, antes de absorberlos es ni más ni menos que una terapia de shock: Lavar, desinfectar, cortar lo que no sirve, suturar y —nalgada de por medio— a recuperación. Será uno intenso, seguramente va a levantar ámpula, va a doler pero —ahora más que nunca— es por su bien.
