Adrián Lobo
OAXACA (Página3.mx).- Socialmente el paciente que padece SAHOS también resulta afectado, las personas tienden a juzgar mal a quienes suelen quedarse dormidos en cualquier parte, se les califica de perezosos, de holgazanes, cuando el cansancio, el letargo y la falta de energía son reales por lo que quedarse dormidos en cualquier momento y en cualquier lugar les resulta prácticamente incontrolable.
La persona afectada puede experimentar dolor de cabeza por las mañanas, malestar generalizado, náuseas y vómitos por la mañana. Si no se atiende a tiempo ésta condición se agrava y empezará a afectar el corazón, puede crecer un poco ‐en realidad creo que es una lesión‐ como resultado del sobre esfuerzo que se le exige, ya que la sangre empieza a variar su composición, se produce algo conocido como “eritrocitocis” o “poliglobulia”, que no es otra cosa sino el aumento desmesurado de glóbulos rojos en la sangre.
Se une entonces a la insuficiencia respiratoria una insuficiencia circulatoria. Éste aumento de los glóbulos rojos es debido a que el cuerpo intenta protegerse y ante la escasez de oxígeno que experimenta durante el sueño hace que proliferen en exceso las células de la sangre que son precisamente las que se encargan de transportarlo a todo el organismo, desafortunadamente eso ocasiona que la consistencia de la misma se torne más espesa con la consiguiente dificultad para su paso por el sistema circulatorio, lo que detona la hipertensión arterial.
Ésta insuficiencia se hace evidente con una simple prueba pellizcando un poco una porción de la piel. Puede notarse entonces que ésta no recupera su forma y color tan rápido como lo haría idealmente, que no tomaría más de un segundo, casi en forma instantánea.
A la par que aumentan los glóbulos rojos un signo derivado se observa al aparecer un cambio en la coloración de ciertas partes corporales como en el rostro y las piernas. Las palmas de las manos suelen adquirir una intensa coloración roja, las piernas se hinchan, se ponen amoratadas y en general se produce un aumento de peso, lo cual puede hacer que la condición del paciente empeore.
En los ojos, supongo que por falta de ventilación y de lubricación al estar tanto tiempo cerrados, empiezan a aparecer infecciones leves como conjuntivitis, a la vez que es usual un enrojecimiento en la zona, se pueden notar los vasos sanguíneos dilatados. En casos ya de cierta gravedad el rostro hinchado toma una coloración violácea, un tono negro-morado-cenizo, como de muerte. Es horrible.
Así como el cuerpo intenta defenderse, adaptarse y sobrevivir generando una forma de acumular el oxígeno necesario, el organismo intenta también, como sea, evitar o romper las pausas en la respiración durante el sueño, el paciente empieza entonces a experimentar alucinaciones visuales o auditivas; es el cerebro intentando que el cuerpo despierte y retome la respiración normal. Pueden producirse también movimientos relativamente bruscos e involuntarios que pueden llegar a ocasionar que el paciente se caiga de la cama.
Es posible también experimentar un intenso malestar y náuseas durante el sueño, debido a la falta de oxígeno y el paciente puede llegar a vomitar. Si no es capaz de levantarse y volver el estómago en una posición conveniente, lo cual es muy probable debido a su estado, sustancias provenientes del estómago podrían pasar a la vía aérea, esto es, que se produce una broncoaspiración, ocasionando en los casos más graves una completa asfixia y finalmente el fallecimiento.
Otra “aparente” causa de muerte entre los pacientes con SAHOS no diagnosticados y no tratados suele ser una afección cardíaca ocasionada por el mismo Síndrome. Y uso las comillas porque no es el corazón el que falla en sí mismo, sino que en en realidad una suerte de daño colateral, resulta perjudicado debido a otras condiciones que lo van afectando poco a poco hasta que falla fatalmente.
Así es que en realidad nadie nunca ha muerto oficialmente de SAHOS, nunca se ha plasmado como causa del fallecimiento en ninguna acta de defunción. Y sin embargo ha sido la causa detrás de la causa, el origen de vaya usted a saber cuántas bajas, ya que también predispone en forma importante a sufrir infartos, una persona que padece SAHOS moderada a grave y desarrolla también afecciones cardíacas tiene cinco veces más riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular.
Todo esto, desde que se manifiestan los primeros signos y síntomas hasta ‐en el caso más extremo, si no se recibe ningún tipo de tratamiento‐ la muerte, pueden pasar, según mis propios cálculos, entre cinco y diez años.
El punto crítico es, como casi con cualquier problema de salud, identificarlo a tiempo para poder ponerle un remedio, mientras más pronto mejor, aunque aquí la buena noticia es que a diferencia de otras afecciones, las complicaciones ocasionadas por el SAHOS pueden revertirse, casi en su totalidad, de a poco pero sostenidamente una vez iniciado el tratamiento, incluso en casos avanzados.
Aunque seguramente no se podrá uno librar de alguna que otra secuela leve. Una vez con el especialista correcto dicho tratamiento es sumamente sencillo y efectivo desde la primera vez que se aplica. La solución se llama precisamente CPAP.
Básicamente el aparato así llamado consiste en una bomba de aire que es canalizado por medio de un tubo flexible conectado a una mascarilla que el paciente debe colocarse a la hora de irse a dormir. Este aparato me parece un verdadero prodigio de diseño y es muy sencillo de utilizar.
Contrariamente a lo que se podría pensar el aire no es inyectado directamente en la nariz, eso sería realmente incómodo, el aire en cambio pasa en forma paralela al rostro, circulando contínuamente, la mayor parte del volumen simplemente pasa de largo mientras que una pequeña porción ingresa en la mascarilla.
El caso es que al inspirar el paciente “jala” un poco de ese aire que viene propulsado por la bomba y prácticamente irrumpe en la vía aérea, aunque gentilmente, pero con la capacidad de romper cualquier bloqueo, con lo cual el ronquido se elimina por completo pero principalmente permitiendo que el paciente respire normalmente en forma ininterrumpida.
El aire exhalado, que contiene una buena porción del venenoso bióxido de carbono puede ser expulsado fuera de la mascarilla fácilmente, en parte porque simplemente es arrastrado por la corriente principal de aire, además el propio aparato suele disminuir el nivel de presión para facilitar dicha expulsión y la mascarilla suele tener incorporada una especie de válvula que además es un mecanismo “antiahogo”.
Actualmente hay una gran variedad de modelos disponibles en el mercado, ninguno es demasiado voluminoso, son en su mayoría fáciles de transportar, silenciosos y sencillos de operar. Hay modelos que incluso ni siquiera tienen un botón de encendido, simplemente uno se coloca la mascarilla y el equipo empieza a funcionar en cuanto los sensores detectan flujo de aire generado por el esfuerzo de la respiración del paciente.
También hay variedad de mascarillas: Faciales u oronasales, que cubren nariz y boca; nasales, que sólo cubren la nariz y almohadillas nasales, que yo imagino son las más incómodas (pero son también las más minimalistas) porque se insertan en las fosas nasales, aunque supongo que la mecánica es la misma, el aire no se inyecta directamente sino que es tomado de un flujo paralelo.
Depende de las necesidades y las preferencias de cada paciente elegir una u otra, depende también de qué tan bien se adapte uno a su uso, algunas personas pueden experimentar una sensación de claustrofobia, normalmente toma algunos días acostumbrarse al uso de la mascarilla y al arnés que se usa para mantenerla en su sitio, los fabricantes tienen algunos consejos para lograr acostumbrarse a ella, recomiendan por ejemplo, usar la mascarilla unos minutos, durante el día.
Afortunadamente hay una gran variedad disponible de modelos, tanto del aparato mismo, el CPAP, como de mascarillas y arneses. Los fabricantes de verdad que parecen estar comprometidos con la innovación en el desarrollo de más y mejores productos, ahora hay disponibles incluso equipos de viaje que funcionan con una batería, son ultra compactos y cumplen con los estándares para aparatos electrónicos aptos para su uso durante un vuelo.
Hace algunos años supe que se estaba desarrollando un micro CPAP ultraportátil, desechable, del tipo con almohadillas nasales, que funciona a base de microventiladores. Y la verdad es que la inversión, al menos para adquirir un equipo doméstico normal, es más bien moderada, más o menos el mismo costo y en algunos casos mucho menos que una de esas populares pantallas gigantes con resolución 4K.
En los hospitales, aún en los más precarios, tipo el HGDAV, es sumamente sencillo armar un equipo CPAP para los neonatos con dificultad respiratoria: Simplemente se requiere una fuente de aire, típicamente una toma de oxígeno o un tanque, algunas manguerillas, un frasco con agua destilada o agua inyectable y la cánula nasal. Juntas todo eso y ¡pum! El pacientito ya cuenta con un CPAP que le ayudará a ventilarse adecuadamente, eso más los cuidados adicionales que requiera y el bebé estará bien.
Por eso digo que el CPAP es una maravilla de ingenio, actualmente hasta los equipos más sencillos son un prodigio de diseño y hasta un alarde de tecnología. Para mí, hasta ahora, son el equipo médico empleado para una terapia más accesible, más barato y más efectivo que, sin exageraciones, puede ayudar a salvar la vida y mejorar la calidad de la misma de un paciente.
Si usted identifica en sí mismo más de tres condiciones de las aquí mencionadas, no pierda tiempo, consulte a su médico neumólogo.
Adrián Lobo.