Jaime GUERRERO
A 24 horas de la elección por la Gubernatura, Oaxaca se tiñe de sangre al cobrar la vida de un militante del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que sería el primero en el país durante un proceso electoral en curso.
Carlos Eduardo López Martínez, de profesión doctor y propietario de un sanatorio en la región del Istmo de Tehuantepec, fue ultimado por sujetos desconocidos de al menos 11 disparos de arma de fuego.
Tras los hechos, los sujetos desconocidos se dieron a la fuga.
Personas que se encontraban en el lugar solicitaron el apoyo de la Policía Municipal y a los paramédicos de la zona.
Una vez trasladado a un nosocomio del municipio, murió cuando era intervenido.
López Martínez era actor cercano al candidato a la gubernatura de Oaxaca del Partido Morena, Salomón Jara Cruz.
Era operador político del presidente municipal Emilio Montero Pérez y muy allegado a Jara Cruz, candidato de la coalición Juntos Hacemos Historia.
De acuerdo con Etellekt, una empresa de consultoría que ha llevado un análisis detallado del fenómeno de la violencia en las elecciones, desde hace varios años, 77% de las y los aspirantes y candidatos que sufrieron una agresión en el ciclo 2020-2021 competían por cargos municipales, contra 15% que aspiraban a un cargo estatal y 8% que buscaban una posición federal.
En el ciclo 2020-2021, Etellekt registró 1,066 incidentes de violencia político-electoral (no letal en su inmensa mayoría) en las 32 entidades federativas.
De ese total, un poco más de 50% ocurrió en 6 estados (Veracruz, Puebla, Estado de México, Oaxaca, Guerrero y Chiapas). Tan solo Veracruz y Puebla concentraron 25% del total.
De los estados que tienen elecciones el próximo domingo, solo Oaxaca se ubica en los primeros diez estados con mayor número de incidentes en el ciclo 2020-2021.
Según Etellekt si se suman los seis estados en disputa este domingo, se llega a 15% del total de los incidentes registrados en el proceso electoral previo y de ese 15%, Oaxaca representa dos terceras partes.
