Júbilo, llanto y cadena de emociones ocasionó la restauración del templo de Santa Elena de la Cruz Xoxocotlán

*Después de casi cinco años resucitaron las campanas silenciadas por los sismos de septiembre de 2017. *Ahora el pueblo se prepara para la consagración del Templo y la reapertura al culto.

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Pedro MATÍAS

SANTA CRUZ XOXOCOTLÁN, Oax. (pagina3.mx).- Fue como un milagro. Los ojos se humedecieron. El pecho rebosaba de júbilo. La voz era una lágrima.

“¡Ahora sí ya puedo morirme!”, exclamó mi madre al escuchar repicar las campanas del templo de Santa Elena de la Cruz que permanecieron muertas durante casi cinco años por el terremoto de septiembre de 2017.

Esa expresión causó risas y algunos comentarios del ¿por qué? La respuesta fue: porque ahora ya podrán doblar las campanas para que el pueblo sepa quién está de duelo.

Su respuesta tiene sentido porque muchos conocidos y familiares se fueron durante la pandemia y no se enteró el pueblo: Las campanas permanecieron mudas.

Lo cierto es que el tañer de las campanas desató toda una cadena de sentimientos y emociones.

Afuera del templo católico comenzaron a repicar las campanas. Estalló el júbilo de la feligresía. Los acordes de la música acompañaron el remolino de sentimientos.
Y luego vinieron los jarabes del Valle con la marmota del Comité de festejos y las chinas oaxaqueñas, la quema de los guajolotes, los gigantes, las canastas de flores con la imagen de la patrona de Xoxocotlán: Santa Elena de la Cruz.

El festejo se complementó con la repartición o compartencia del tejate, nieve, dulces regionales, tamales y mezcal.

Ahí estaban presentes los socios de las 19 hermandades, el comité de festejos y el párroco Guadalupe Benjamín García García, quienes fueron testigos de la entrega oficial de la restauración del templo.

Ahora se prepara la consagración del templo, lo que será un gran acontecimiento para la feligresía que podrá recobrar sus costumbres y tradiciones suspendidas durante la pandemia.

La recuperación y conservación del patrimonio de la parroquia fue promovida por el párroco Guadalupe Benjamín y el Comité de Festejos presidido por Pablo Villanueva, con las gestiones de Cristóbal Ángel Matías, quien fungió como representante de la comunidad.

Desde el 2016 se venía trabajando en la restauración del retablo dedicado a Santa Elena de la Cruz, cuyo costo superó los dos millones de pesos y fue pagado por la comunidad.

Sin embargo, el 7 de septiembre de 2019 se registró a las 23 horas con 49 minutos un terremoto de magnitud 8.2 grados, con epicentro localizado en el Golfo de Tehuantepec, lo que ocasionó visibles daños al templo.

Todavía no se terminaban de hacer las cuantificaciones por los daños cuando el 19 de septiembre de 2017 ocurrió otro gran sismo. Tuvo una magnitud 7.1 grados y su epicentro se localizó a 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos.

Los movimientos telúricos afectaron tres mil 300 inmuebles en la tercera parte del país, reconoció el director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, Arturo Balandrano Campos.

Uno de los templos dañados fue el de Santa Elena de Cruz al sufrir grietas en bóvedas, cúpulas, muros, arcos y apoyos, así como la torre.

Además, se detectaron filtraciones de agua y presencia de elementos xilófagos, como hongos que provocan afectaciones a la madera del retablo del siglo XVII y el presbiterio.

Fue así que el templo se cerró al culto y las campanas murieron debido a que iniciaron las obra de restauración con una inversión de siete millones de pesos, porque se hicieron intervenciones en el inmueble y los bienes inmuebles que datan del siglo XVII.

Con especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se realizó el desmontaje del retablo principal de estilo barroco que cuenta con 13 pinturas de caballete y dos esculturas de madera Santa Elena de la Cruz y Cristo Crucificado.

De igual forma, durante el 2018, el INAH colaboró con la restauración de cuatro esculturas de Cristos con una altura de dos metros y finalmente en 2019, con una inversión de 600 mil pesos la comunidad costeó la restauración de la escultura del Santo Entierro de Cristo, imagen que data del Siglo XVII.

Y llegó el ansiado día, el miércoles 27 de julio de 2022, donde destacaron el papel que han jugado las 19 hermandades, el párroco y el Comité de festejos para la recuperación y conservación del patrimonio de la parroquia.

LA TIERRA DE OAXACA SE MUEVE COMO LOS DANZANTES DE LA PLUMA

Durante la entrega oficial del templo de Santa Elena de la Cruz Xoxocotlán, Oaxaca, Balandrano Campos resaltó que “en esta tierra que se mueve como los danzantes en la Guelaguetza, estamos seguros que con el trabajo que se ha hecho van a seguir utilizando estos templos a pesar de que vengan otros sismos”.

Por su parte, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, sintetizó la entrega del templo como una Guelaguetza para la feligresía y el pueblo por el rescate del arte sacro que enriquece la cultura de Oaxaca.

“Venimos a celebrar la capacidad de los mexicanos de reconstruir no solo el patrimonio sino también la esperanza, la solidaridad, el sentido de comunidad, la unión que se expresa en la palabra Guelaguetza, que es la capacidad de celebrarnos juntos a pesar del infortunio, de las desgracias”, añadió.

“Somos un pueblo que sabe hacer tequio y hacer fiesta, somos un pueblo que sabe defenderse y que no se arredra ante ninguna catástrofe sea natural o causada por quienes mucho han afectado a los pueblos, a las culturas, a los grupos originarios que han florecido en este país”, puntualizó.

El delegado del INAH-Oaxaca, Joel Omar Vázquez Herrera, detalló que la obra de restauración se llevó más de dos años y medio. Antes hubo gestión de recursos y programación del proyecto de intervención y hasta ahora se culmina.

Antes, el arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, se regocijó de la entrega de este templo y agradeció a las autoridades gubernamentales lo que se ha invertido.

Sin embargo, le dejó una tarea al gobierno federal de intervenir en otros templo porque hay muchos que están cerrados el de la Merced, el de Guadalupe, Las Nieves y La Defensa, tan solo en el Centro Histórico de Oaxaca.

Las personas que fueron testigos de este día histórico para esta población no ocultaron su emoción. Señoras adultas comentaban: “Pensé que no me iba a tocar vivir este momento”, “Mira cuántos se han ido con la pandemia y no supimos”.

Y es que las campanas hacen llamados a misa, repican para las fiestas pero también anuncian la muerte de un nativo.

¡Qué hermoso fue la resurrección de las campanas. Fue el mejor regalo de cumpleaños, ver reabierta la iglesia y escuchar las campanas!, sintetizó mi madre.