Diana MANZO
Oaxaca, Oax.- Así como Oaxaca es multidiversa con sus 570 municipios, Rodrigo Islas Brito también lo es. Su narrativa y la forma de plasmar su esencia te transporta a un Oaxaca vasto que resiste, existe e insiste en mantener su identidad en un momento en que se oferta al mejor postor.
La pandemia de la Covid-19 hizo a Rodrigo Islas escritor y vendedor independiente de tres obras literarias que publicó junto con Alfonso Morales Toledo y que distribuye por cuenta propia con amistades, pero también con con personas conocidas o extrañas, a través de las redes sociales.
«Días de lucha en ciudad dorada», «Los Gangsters del futuro» y «El tren de los días” comprenden ahora un ente llamado Pandemia Ediciones y han sido vendidas más de mil 500 veces de forma directa por el autor, sin la distribución de ninguna librería.
“La autopublicación es descalificada por los grandes círculos, pero después de cómo la covid 19 nos terminó de mostrar cómo es el mundo, esta resulta indispensable para replantear nuestra relación con lo institucional, con el sistema, con nuestro propio acto de crear y vivir hasta las últimas consecuencias de eso que creamos”, afirma categórico el autor.
Es un reto escribir, imprimir y vender de forma independiente, reconoce el creador de “El tren de los días”, novela negra que habla de una cultura feminicida arraigada en un país profundamente corrupto y machista. La cual comenzó a escribir en el 2003 y que 19 años después, consolidó.
Tenaz, crítico y soñador, Islas Brito expresa que empezar a escribir novelas en pandemia fue por exclusivos motivos de sobrevivencia económica, pues perdió sus dos trabajos de reportero, lo que lo llevó a buscar una independencia creativa y económica que hasta antes ni siquiera sabía que necesitaba.
“No siempre he creído en mí pero ahora tuve que cambiar de idea. La gente ha adquirido mis libros, los leen, me comparten sus opiniones y me incitan a escribir más. He tenido hasta ahorita por lo menos unas treinta presentaciones en cuatro estados del país desde que las restricciones pandémicas de convivencia disminuyeron”, agrega el Premio Nacional de Periodismo Gonzo 2017.
Escribir sobre Oaxaca y sus realidades no cuesta mucho, reconoce Rodrigo, lo que cuesta es hacer conciencia, pues los que viven fuera de ella se han creado pensamientos colonialistas, creyéndose eso de que la tradición es gentrificación, que el folklore es explotación.
Con su carácter liviano y centrado en sus decisiones y creencias, este escritor recalca que quien lea sus tres novelas se llevará mucho de Oaxaca, pero de esas desigualdades que pocos escriben, pocos hablan y pocos reconocen.
*Oaxaca no solo es la FILO*
Con el afán de aportar, el autor de la coral y controversial novela “Los gangsters del futuro” también habló de la reciente edición número 42 de la Feria Internacional del Libro en Oaxaca (FILO), sobre la cual señala que realmente debe aspirar a una inclusión real.
Es decir, abrir más espacios a escritores y escritoras oaxaqueñas y esfuerzos editoriales independientes que emerjan periféricos de los intereses empresariales que rigen el mercado editorial del país.
Rodrigo mencionó que durante cuatro ediciones laboró en la FILO como cronista y reportero y eso le dan las bases para observar que no está mal que lleguen escritores de otro lado, pero los organizadores no deben perder de vista que si hablan que esta es una Feria de Oaxaca, la gente de Oaxaca debe tener la oportunidad para mostrar el nivel de su narrativa y su relato sobre un estado cuyo encanto es esa resistencia a terminar de ser todo eso que siempre se le exige ser.
“La cultura de un lugar debe estar en movimiento siempre. Nutriéndose, formándose, cuestionándose. Con eso realmente debería de comprometerse la FILO, con el lugar que afirma representar, y no solo con los muy válidos intereses económicos que busca solventar”, definió.
Inspirado en el cine y novelas de Juan Rulfo como «Pedro Páramo», el escritor ya prepara su cuarta obra: “Costa» que hablará de las playas de Oaxaca y su veleidosa vida subterránea.
Ante un mundo cada vez más violento y la existencia de políticos cada vez más indolentes y una sociedad que se hunde en el miedo a pasos agigantados, Rodrigo propone en sus tres novelas cuya calidad narrativa es pulcra, reflexiva y crítica, dejar atrás el romanticismo de una Oaxaca en crisis como el resto del país, lugar que el autor define como el último bastión de resistencia que le queda a México.
