Al Grano: La pérdida de polinizadores provoca medio millón de muertes humanas al año

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Dr. Emmanuel González-Ortega, Dra. Constanza de la Garza-Guevara

Enero 29, 2023

Hay una relación muy estrecha entre la preservación de la salud humana y el medio ambiente, ya que la vida de las especies, incluida la humana, depende de la viabilidad de los ecosistemas. Sin embargo, hasta ahora no se había cuantificado hasta qué grado la salud se ve afectada por la pérdida de la diversidad biológica. Aunque se dice que la producción de alimentos en el mundo ha aumentado a nivel global, aproximadamente 768 millones de personas presentan algún grado de malnutrición y dicha cantidad ha crecido desde el año 2015.

Un estudio reporta, por primera vez, la asociación entre la pérdida de poblaciones de polinizadores a nivel global y la muerte de aproximadamente 500,000 personas al año por una nutrición inadecuada, relacionada con menores rendimientos agrícolas, producto de un déficit en el servicio ecológico de polinización que realizan las abejas y otros polinizadores.

Tres cuartas partes de los cultivos mayormente consumidos en el mundo dependen de la polinización que realizan las abejas y otros insectos, que son más eficientes en llevar el polen y fertilizar a las plantas, en comparación con el proceso de autopolinización o el transporte de polen por el viento entre las flores. Muchas plantas que nos alimentan y que son, además, de gran importancia económica, dependen de la polinización, por ejemplo: el cacao, café, especias, legumbres, etc. Se estima que se pierde entre el 3-5% de frutos, vegetales y diversos granos y semillas por una polinización inadecuada, el menor consumo de dichos alimentos genera enfermedades que pueden terminar en muerte (enfermedades coronarias, infartos, cáncer, obesidad, hipertensión, diabetes). Se determinó que el 1% de esas muertes está directamente relacionada con la pérdida de especies de insectos polinizadores.

El estudio se basó en datos de centenares de granjas de todo el mundo, de información disponible sobre los rendimientos agrícolas de los cultivos, también en información de enfermedades relacionadas con la nutrición y la dieta, y en modelos computacionales que analizan el comercio mundial de alimentos.

Anteriormente se ha evidenciado que la principal amenaza para las abejas y otros polinizadores es la agricultura industrial, que se manifiesta de diversas maneras: la deforestación masiva; el cambio en el uso del territorio; la aplicación masiva de insecticidas altamente peligrosos que envenenan a las abejas; la reducción de los hábitats de los polinizadores, de su capacidad de migrar y adaptarse a nuevos ecosistemas y a los potenciales predadores, competidores o patógenos.

La siembra de monocultivos (por ejemplo, de soya, de palma aceitera, entre otros) ha reducido la diversidad y la disponibilidad de flores silvestres en los campos. Un fenómeno dramático es que, debido en parte al calentamiento planetario generado por el hombre, se ha producido la desincronización entre los polinizadores y la temporada de floración de algunas plantas con las que esos insectos co-evolucionaron durante millones de años, lo que podría acelerar el riesgo de extinción de componentes esenciales de los ecosistemas.

Todos estos impactos tienen efectos en la producción de alimentos, que se ven reflejados en las sociedades más empobrecidas de los países de bajos recursos. A partir de los datos obtenidos se estima que a nivel mundial anualmente se pierde:

  • 4.7% de la producción de frutas,
  • 3.2% de vegetales y
  • 4.7% de frutos secos (nuez, avellana, cacahuate, piñón, pistache, etc.)

Como dato muy sobresaliente de la importancia de los polinizadores para la agricultura, se encontró que una polinización insuficiente es determinante para que en la producción agrícola se tengan altos o bajos rendimientos, y dichas pérdidas afectan, de manera diferenciada, la salud en países en los que, enfermedades cardiacas y diversos tipos de cáncer están asociadas a dietas pobres en nutrientes (deficiencias de hierro, vitamina A, proteína, etc.) y a estilos de vida como fumar y el sedentarismo.

En definitiva, si los polinizadores desaparecen, estamos condenados también a desaparecer como especie y, lamentablemente de manera cada vez más frecuente, se reportan investigaciones que documentan efectos nocivos de diversas actividades humanas para las abejas: otra investigación en ecotoxicología encontró que, aunque previamente se ha encontrado al herbicida más usado a nivel mundial -el glifosato-  en plantas que han sido rociadas con el herbicida, por primera vez se detectó glifosato en néctar de flores que se encuentran en las cercanías de los campos fumigados pero que no fueron rociadas con el herbicida, afectando a las abejas y otros polinizadores, como los abejorros, que visitan flores para colectar el néctar.

Actualmente se sabe que el glifosato afecta a las abejas en muchos aspectos: crean adicción al herbicida; a nivel neurológico, altera los sistemas de orientación de los insectos; daña la microbiota intestinal de las abejas, haciéndolas más propensas a infecciones y enfermedades al desregular el sistema inmune.

El glifosato puede afectar también la capacidad de las abejas de elevar su temperatura y mantener la colmena tibia en épocas de frío, llevando a su muerte masiva, entre otras muchas afectaciones reportadas.

Los investigadores responsables del estudio que relaciona la pérdida de polinizadores con la muerte de aproximadamente medio millón de personas al año indican que muy probablemente dicha cifra está subestimada, ya que para el estudio no se consideraron enfermedades relacionadas con la carencia de micronutrientes, ni los impactos en la salud de los productores agrícolas, relacionados con las pérdidas económicas por la baja producción.

Se ha documentado la pérdida de poblaciones de abejas con fenómenos tales como el llamado desorden de colapso de las colonias, y se apunta a que la causa principal de la disminución de polinizadores podría ser el uso masivo de agroquímicos, tales como los neonicotinoides (que alteran el aprendizaje, navegación y reproducción de las abejas) o el glifosato.

La polinización tiene una importancia enorme para la producción agrícola, se estima que tiene un valor de entre 235 y 577 mil millones de dólares anuales, por lo que cuidar a las abejas y otros insectos que polinizan las plantas que nos dan alimento es esencial para nuestra permanencia en el planeta.

No es suficiente hacer conciencia de los efectos nocivos del uso desmedido de los agroquímicos en la salud humana y el ecosistema, si no tomamos acciones para disminuir la exposición indiscriminada de estos pesticidas desde ahora, pronto los daños serán irreversibles y le estaremos dejando a las futuras generaciones un problema del que tendrán poco margen de acción.

Más información:

https://ehp.niehs.nih.gov/doi/10.1289/EHP10947

https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S2405844022034673?token=B10D8B9DFF532B6A48CF5F19DB5F8CD043EF1F5D85DDC4B2E2337452C917A54FBF1E3599A2B5EDA9E2970172A9DBBF07&originRegion=us-east-1&originCreation=20230124163821