Víctor Fuentes, el maestro zapoteca que construyó una galería de arte como herencia colectiva

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Diana Manzo

Unión Hidalgo, Oax.- Hace 17 años, Víctor Fuentes Martínez, maestro de origen binnizá (zapoteca) hizo de su hogar, una galería de arte comunitaria llamada “Gubidxa/sol” como herencia colectiva para su pueblo llamado Unión Hidalgo, Oaxaca donde habitan 20 mil habitantes .


Transformar su hogar en un espacio donde el arte esté presente en todo momento y destinar recursos propios para que siga floreciendo como ahora, ha sido y es la mejor decisión de su vida nos cuenta mientras inaugura la exposición “Apuntes de un Viaje” de Pablo Gómez, un artista oaxaqueño y discípulo del reconocido maestro Takeda.

Alto, tímido y siempre ideando, así es el maestro Víctor, un ser que todo el tiempo está transformando, para él, todo lo que tenga que ver con libros, enseñanza del diidxazá (zapoteco), la defensa del territorio y del Río Espíritu Santo es su todo.

Sentado en un butaque de madera debajo de un árbol de guie’ chachi amarillo (flor de mayo), Víctor de 55 años de edad narra que aunque su sueño era haber sido actor y director teatral, no se arrepiente de la profesión que eligió: maestro normalista.

Durante 30 años trabajó con niñas y niños de diversas comunidades indigenas y les compartió cuentos y arte, así nació la idea de tener espacio libre, autónomo y digno y hoy llamado Galería de Arte “Gubidxa”, donde mes con mes un artista, mujer, hombre o de la diversidad sexual puede mostrar sus obras, su trabajo y lo que le gusta hacer.

“Cuando decidí que mi casa sería una galería de arte me deshice de todo, incluyendo la televisión, mi sala, mis sillones, cosas y pertenencias, de verdad que uno cuando está comprometido hace eso sin arrepentimientos, y mira, ahora es un espacio libre, donde mes con mes nos visita un artista y nos muestra su mejor versión a través del arte”, dijo.

La Galería de Arte “Gubidxa” es una casa pintada de color blanco con ventanas de madera y de dos plantas. En su interior tiene escaleras, paredes amplias y grandes y la sensación que recibes al entrar es de paz y armonía.

También hay dos patios grandes, uno que recibe a los visitantes y otro donde está sembrado una frondosa ceiba o pochote y en un cuarto pequeño repleto de libros ahí es el hogar del maestro, donde vive con su hermana.

“La galería es de todas y todos, mantenerla no es nada fácil, pero tampoco me arrepiento, le destino entre 6 y 7 mil pesos al mes para su mantenimiento, y eso es de mi sueldo de profesor jubilado, pero me siento muy bien así, siento mucha paz de compartir, me considero una persona tímida y con el arte rodeado de personas me siento muy satisfecho”, contó.

Hablar de su espacio, de su ser y de sus sueños no es un asunto de presunción aclara y recalca el maestro, quién también es autor de varios libros bilingües (zapoteco -español).

En esta galería también imparte clases de diidxazá (zapoteco) y ha servido de locaciones para eventos, sin olvidar que obras de teatro y presentaciones de libros han dejado huella en este espacio.

Víctor también es activista ambiental, su labor es comunitaria y cada sábado o domingo realiza tequio por el río Espíritu Santo, afluente natural contaminado, que él, amigos y habitantes intentan concientizar de su cuidado y protección.

Pero eso no es todo, para incentivar y motivar sobre la escritura en diidxazá, creó una Biblioteca de Libros Únicos, con el cual Victor propone que niñas, niños, adolescentes, mujeres y adultos escriban, que sean cuentistas y escritores de su historia, de lo que ven y sienten, con este proyecto piensa consolidar mucho de sus objetivos, que es que su lengua materna siga viva.

Hablar de él y su labor no le gusta mucho,sin embargo Víctor es un ser inigualable, con su bicicleta recorre el pueblo, la gente lo conoce y salud, Victor no quiere reconocimientos, él solo quiere que visites la galería y admires ese mundo del arte, que para él ha sido su salvador y seguramente para ti, lo será.