Diana MANZO / Texto y fotos
Juchitán, Oax.- De la tierra a la piel, es el proceso que paso a paso, con delicadeza y artesanalmente, Nery Gurrión conserva plantas y elabora pócimas nativas binnizá.
Enfermera de profesión, es apasionada de las plantas y las hace sustentables con flora nativa del Istmo de Tehuantepec.
A esas pócimas para la salud de los cuerpos las nombró “Anari, caricias de mi tierra”, en honor a sus nietas Ana y Ari.
De Guie’ tiqui, Guie’ chachi, azul añil, maíz zapalote chico, zapandú, stagabeñe, agave y hasta achiote, de entre otras plantas son las pócimas.
Nery transforma artesanalmente las plantas nativas en cremas, jabones y shampoo.
El ser enfermera le permitió a Nery conocer el tratamiento de cada una de las diversas enfermedades.
Por ello, en esta segunda etapa de conocimientos le fue fácil apasionarse con las pócimas que contienen la flora tradicional.
“Comencé a cultivar diversas plantas, entre ellas verduras y frutas, pero dije que había que hacer otra cosa.
“Pensé que sería bueno conservar nuestra flora tradicional, y así comenzó lo que hoy es Anari”, narró emocionada.
Lo primero que hizo fue tomar cursos, talleres y diplomados, hasta que decidió crearlos, paso a paso, sin presiones, pero con resultados.
Elegir plantas endémicas para elaborar sus productos fue una decisión propia, porque lo que busca es conservar de esta manera la identidad como gente binnizá.
Al mismo tiempo es su terapia, pues lo que menos busca es comercializarlo a gran escala, sino de forma comunitaria en tianguis y a través de su propia red social.
Todos los productos de “Anari, caricias de mi tierra” son ecológicos y artesanales.
Neri se concentra casi a diario durante 5 horas para realizar esta práctica herbolaria que surgió a raíz de lo que llama una crisis por coronavirus.
“De la crisis nació Anari, explica la mujer de cabello negro, vestida el día de la entrevista con huipil floreado y enagua color morada.
Comparte su orgullo obtenido a partir de que decidió elegir la vida natural para acompañarla por el resto de su vida.
Frascos de cristal, de plástico, esencias, flores, plantas secas, semillas son los ingredientes principales de las pócimas.
La mujer artesana las elabora paso a paso, cuidando los detalles y respetando los tiempos.
El amor a las plantas confiesa Nery comenzó hace algunos años
Con la pandemia, decidió inscribirse a varios cursos a distancia y comenzó a coleccionar las flores y plantas de la región.
Su intención fue cultivarlas y regalarlas como identidad de los binnizá – zapotecas-.
“Hoy me siento muy contenta cuando tengo entre mis manos los productos que se han logrado.
“Todo ha sido elaborado con delicadeza y con los mejores ingredientes naturales, orgánicos y sustentables.
“Todo lo hago de forma artesanal, en forma de ritual, así se logran las cremas, el shampoo y los jabones”, dice orgullosa mientras los muestra.
Nery reconoce en estas pócimas un triple propósito:
- Contribuir al medio ambiente al elaborarse con ingredientes naturales de las plantas nativas.
- Identidad y
- Cultura.
**El cultivo, la raíz para conservar las plantas nativas binnizá**
Su espacio lo habilitó en la casa de su hermano Samuel, ahí Nery comienza por las mañanas o tardes su ritual.
Lo tiene todo en orden, porque los pasos que debe hacer para cada una de las pócimas requieren exactitud, orden y pasión.
Para el cultivo y recolección de las plantas, Nery tiene un pequeño espacio donde siembra el maíz zapalote chico.
Pero también en su hogar ha logrado cultivar las plantas endémicas medicinales y florales como Guie’ tiqui, Guie’ chachi.
Mientras que el añil lo compra con campesinos de Niltpec, Oaxaca, y el zapandú lo colecta en casa de vecinos; lo mismo ocurre con el agave.
En cinta adhesiva y con tinta negra va colocando cada uno de los nombres en las botellas de plástico y cristal.
Con ello busca que haya orden para la presentación de cada una de las pócimas.
También tiene vitrinas de cristal donde exhibe los productos que elabora a fin de que puedan ser de fácil acceso.
Además, a sus nietas Ana y Ari también les ha compartido su pasión por las plantas nativas binnizá.
Ellas ya aprendieron a germinar, sembrar, cultivar y confía en que las revaloricen porque es cultura e identidad.
Nery está contenta porque sus sueños se están cumpliendo.
Logró recuperar las plantas nativas y crear productos de belleza ecológicos.
Ahora, sigue mantenerlas como una pasión en beneficio de otras mujeres.
Su nuevo lanzamiento que prepara es un jabón de carne llamado xabú beela.
Lo usaban las abuelas zapotecas desde hace medio siglo y que se perdió con la llegada de la tecnología.