«Se le desaparece» medio millón de pesos a tesorera de la escuela Abraham Castellanos

*Obdulia Flores Avendaño designó a su esposo, Eliseo Ruiz Canseco, como el responsable constructor de la rehabilitación de los baños. La funcionaria federal encargada tampoco dijo nada.

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Presuntos defraudadores de la escuela primaria Abraham Castellanos.

Paulina Ríos

Oaxaca, Oax., (pagina3.mx).- Menuda sorpresa se llevaron padres y madres de familia de la escuela primaria Abraham Castellanos, ubicada en el Centro Histórico de la capital oaxaqueña:

Tendrán que pagar más de la «cuota voluntaria» que les impusieron para que sus hijas e hijos puedan asistir a clases, porque «se desapareció» más de medio millón de pesos para concluir obras de rehabilitación en el plantel, incluidos los baños para las infancias.

De esto se enteraron el pasado sábado 17 de agosto, luego de la «petición urgente» de asistir a una reunión que hizo la directora del plantel, Leticia Cabrera Moya.

La cita era a las 08:30 horas y solo unos minutos después empezaron a contar una increíble historia que huele a fraude y corrupción.

En febrero pasado, el gobierno federal, a través de los Programas del Bienestar, autorizó 600 mil pesos para cambiar 20 baños de la escuela a fin de mejorar las condiciones para su alumnado.

Para los trabajos que se realizarían, la tesorera, Obdulia Flores Avendaño, designó a su esposo Eliseo Ruiz Canseco, como el responsable de la obra.

En marzo siguiente, la funcionaria encargada del proyecto de «La escuela es nuestra», cuyo nombre no ha sido proporcionado, indicó que no podrían ejercerse los recursos financieros por «la veda electoral», hasta julio.

Aspecto de la junta de madres y padres de familia de la escuela Abraham Castellanos.

Precisamente en la temporada de vacaciones para no interrumpir las clases y evitar accidentes. Sin embargo, llegó julio sin que los baños concluyeran y sin que tampoco se dieran informes.

Durante el periodo de clases, padres y madres de familia le exigían a la tesorera que rindiera informes sobre los gastos y el avance de la obra, pero siempre puso pretextos para no rendir cuentas.

El Comité de Transparencia del programa federal le pedía los estados de cuenta del recurso asignado y ella ponía excusas y pretextos para no hacerlos.

Al respecto, la facilitadora del programa les comentó a los integrantes del Comité de Transparencia y al de Comité de La escuela es nuestra, que no se los pidieran porque la tesorera podría molestarse y renunciar al cargo.

Asimismo, que el banco Bienestar no les otorgaría los estados de cuenta porque estaban atendciendo otros programas y que, además estaban en veda electoral.

Y llegó el nuevo ciclo y la hora de las inscripciones y ante la realidad, a la directora no le quedó otra que citar a reunión para explicar la situación y decirles a los padres y madres que tendrían que aumentar las cuotas voluntarias para pagar lo que falta de la obra.

Durante la reunión del pasado sábado, la tesorera aseguró que le hackearon la cuenta y le clonaron la tarjeta que tenía en Banco Bienestar, con la que le hicieron decenas de retiros en cajero del Banco Azteca por más de 25 mil pesos, hasta vaciarle la cuenta «sin que ella se diera cuenta».

El primer supuesto retiro en cajero fue realizado el 11 de marzo pasado y la tesorera asegura que le hicieron hasta tres retiros al día por 9 mil pesos cada uno, cuando las políticas de ese banco dice que solamente pueden retirarse un máximo de 11 mil pesos en un solo día.

Durante la reunión, el esposo de la tesorera dijo que para terminar el cambio de los 20 baños aún requería 250 mil pesos, de los 600 mil autorizados.

El enojo no se hizo esperar y se acordó que ya no participe más en el Comité Escolar de Administración Participativa que el gobierno federal exige para realizar el trámite, mientras tramitan su destitución.

También dijeron que se interpondría una denuncia penal para que se investigue a la tesorera, a su esposo como el ejecutor de la obra, y a la funcionaria de Bienestar.

Mientras, padres y madres de familia tendrán que pagar una cuota voluntaria elevada de $500 a $800 por niño o niña que ya estaba inscrita, mientras que quienes ingresen por primera vez tendrá que pagar mil pesos.