“Nkä’äymyujkëmë, la comedora ayuuk que lleva 4 años dignificando el derecho a la alimentación en Oaxaca

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“Nkä'äymyujkëmë, la comedera ayuuk

Diana Manzo

Oaxaca, Oax.- Dignificar el derecho a la alimentación elaborando guisos y después donarlos a la comunidad migrante que llega a la capital de Oaxaca, es una de las acciones que realiza desde hace cuatro años, la Comedera ayuuk “Nkä’äymyujkëmë” que significa “comamos todes”.

Las cacerolas de frijoles, arroz y lentejas con verduras se preparan con alimentos donados por la sociedad civil explica Filadelfo Aldaz Desiderio, activista y promotor del derecho a una  alimentación digna en Oaxaca.

En su hogar, una casa en renta que también la misma sociedad coopera para su sustento, Fila como le dicen de cariño elabora kilos y kilos de comida con la ayuda de voluntarios, que por la tarde- noche es repartida a la comunidad migrante de centro y Sudamerica que llega a Oaxaca todos los días.

“Ellas, ellos y elles vienen huyendo de ese racismo, de esta violencia institucional que viven sus países, del crimen organizado, son personas desplazadas, entonces, lo menos que podemos hacer es darles un plato de comida, y así le hacemos desde hace cuatro años, nos organizamos y llevamos estas cacerolas hacia ellos, nos han contados muchas historias, y esas historias son por la que estamos hoy acá”, dijo.

Fila y el grupo de amigas y amigos pican la verdura, cuecen los frijoles y elaboran el arroz, y con todo el amor se dirigen a las calles, avenidas espacios públicos de la capital de Oaxaca, en esta ocasión, fue la terminal de segunda clase, donde familias de migrantes llevaban hasta tres días sin comer.

“La alimentación es un derecho humano, que desafortunadamente en México y en nuestros territorios no se cumple ni se garantiza,  y las personas migrantes lo dicen, que cruzar México es lo peor”, agregó.

Para Filadelfo y sus amigos, donar alimentos va más allá de apariencias, condición social, religión. “Lo que hacemos es un acto de humanidad, un acto de que las autoridades con sus políticas publicas deberían hacer, pero no lo hacen, al contrario, los miran como bichos raros, porque ya no los quieren.

Mientras sirve la comida, Filadelfo le pregunta a la comunidad migrante de donde vienen y como se sienten de estar en Oaxaca, a lo que ellas y ellos, entre menores de edad responden agradecidos por la comida.

“Llevamos tres días sin alimento, la gente le cuesta donarnos unas monedas, por eso, este tipo de acto humano lo celebramos y estamos muy agradecidos. Está muy deliciosa la comida, las lentejas, el arroz y los frijoles”, aseguran.

Cocinarles alimentos que consumen en sus países, es parte de la dignificación de la comida reitera el activista, que señala que el plátano, los frijoles, el arroz, son alimentos básicos que disfrutan las personas migrantes.

Cruzar México es un peligro

Edith de 28 años de edad viaja con sus dos hijas de 7 y 4 años de edad, por descuidarlas un momento, la corrieron del albergue en que le daban refugio en la capital de Oaxaca. Salió con sus hijas de Venezuela hace 4 meses y su meta es llegar a Estados Unidos. La joven madre confiesa que no migra por gusto, si no se trata de un desplazamiento forzado por la violencia.

“Sì me quedo en Venezuela si me matan, allá hay mucho abuso, nos quitan el dinero que traemos, pero nos sorprende también como es Mèxico, es un peligro, acá nos han asaltado, nos quitan dinero, y nos cobran por todo, para llevarnos, pero ver este tipo de acciones, como la de este joven mexicano, la sabe todo.

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