– Llegan las mujeres de los territorios al Congreso y plantean sus propuestas para reducir su vulnerabilidad y asegurar su acceso a derechos
Las mujeres indígenas, campesinas, rurales y de las periferias de las ciudades enfrentan numerosos obstáculos para acceder a la salud, a la educación, a la participación, al empleo, a recursos económicos y a la toma de decisiones. Esta desigualdad estructural profundiza su vulnerabilidad frente a las condiciones generadas por la crisis climática. Es por eso que ellas se han unido para analizar su situación, identificar sus necesidades y elaborar una agenda de propuestas de políticas públicas específicas que fortalezcan su acceso a derechos y reduzcan su vulnerabilidad socioambiental.
Para compartir este trabajo colaborativo, la organización Engenera organizó el foro “Agenda de las mujeres rurales frente a la emergencia climática”, en el que mujeres de Ciudad de México, Estado de México, Puebla, San Luis Potosí, Nuevo León y Zacatecas compartieron lo que están enfrentando en los territorios y presentaron la Agenda de las Mujeres rurales, campesinas, indígenas y de las periferias frente a la emergencia climática. Este documento visibiliza las innumerables tareas de las mujeres rurales: ellas administran el hogar, hacen el trabajo doméstico y de cuidados, elaboran artesanías, tortillas y alimentos, se hacen cargo de la crianza, siembran y cultivan en la milpa y el traspatio, además de curar, ayudar a parir, preparar las fiestas comunitarias y asegurar la provisión de agua y alimentos. Algunas son jornaleras agrícolas, trabajadoras domésticas, promotoras comunitarias, defensoras, comerciantes, autoridades o representantes en algún cargo comunitario, entre otras actividades, fundamentales para la vida social comunitaria.
Entre sus propuestas destacan: a) la promoción de observatorios ciudadanos para vigilar el uso del agua, la restauración de cuencas y frenar el concesionamiento del agua; b) restaurar los bosques degradados y otros espacios menores con especies nativas y frenar la tala ilegal; c) crear mercados ecológicos, promover el consumo responsable, crear programas para fortalecer la producción de alimentos en solares y pequeñas superficies, fomentar el uso de composta, respetar los ciclos de la tierra y usar únicamente herbicidas y fertilizantes orgánicos; d) generar más espacios de mujeres para la reflexión y discusión sobre los impactos del cambio climático, fortalecer los liderazgos y vocerías de las mujeres, fomentar el autocuidado y el cuidado de las mujeres; e) incrementar el acceso a la información y la transparencia, hacer efectivo el derecho a la consulta y consentimiento, impulsar leyes que frenen los abusos contra las mujeres; f) considerar la interculturalidad en la formulación de programas y políticas públicas, asignar el presupuesto climático a programas efectivos de mitigación y adaptación y que protejan a las mujeres, que se consideren los derechos constitucionales de las mujeres indígenas en la elaboración de políticas y la asignación de presupuestos.
“Cuando las catástrofes climáticas golpean, las mujeres, las niñas y los niños tienen hasta 14 veces más probabilidades de morir que los hombres. Ellas se quedan, ellas cargan con los niños y las personas mayores, buscan cómo remplazar aquello que ha sido destruido y todo esto profundiza el contexto de desigualdad y vulnerabilidad. Estas vulnerabilidades impactan no solo la producción de alimentos, sino la vida en general. Por eso estamos aquí, para hacer un llamado a diputadas y diputados a voltear a ver a las mujeres de los territorios e impulsar la adopción de leyes que fortalezcan a las mujeres, principales guardianas de los territorios, de los hogares y de la vida comunitaria”, planteó Beatriz Olivera, directora de Engenera.
La Agenda, puede ser descargada en:
https://engenera.org/wp-content/uploads/2024/10/Agenda_mujeres_ENGENERA.pdf
Quiénes somos
Engenera es una organización civil cuyos enfoques de trabajo son la igualdad de género, la investigación para la incidencia y la acción social. Busca lograr impactos globales trabajando a través de acciones locales. Creemos que es posible abonar a transformaciones locales, entendiendo los impactos diferenciados hacia las distintas poblaciones y comunidades, generados por los megaproyectos, el cambio climático y las desigualdades estructurales que propician la violencia de género.