Diana Manzo
Unión Hidalgo, Oax.- Estas vacaciones de Semana Santa no serán iguales a otros años.
Este 2025, las familias de este municipio no podrán disfrutar del balneario natural del estero “Espantaperros” ubicado en la parte oriente.
El estero agoniza por la rehabilitación de la línea K del Corredor interoceánico, denuncian campesinos, palmeros y activistas.
Dijeron que no habrá vendimias ni una celebración comunitaria natural entre familias.
Ahora ya todo es obra, personas, camionetas y volteos extrayendo arena y piedra de parte de la empresa GFS (Grupo Ferrocarrilero del Sureste) y vigilado por personal de la Secretaría de la Marina.
Al recorrer la zona, se observan cientos de piedras cubrir este afluente natural.
Hasta un camino fue construido a propósito para que las unidades de transporte de diversas empresas pudieran circular; ahora las consecuencias ambientales son fatales.
“Se está secando el estero, los mangles rojos y blancos, y además se han ido los patos.
“Las tilapias ya no están, ya no hay criadero”, denunció Laureano Toledo, de oficio palmero y guardián de esta zona.
El estero “Espantaperros” es uno de los afluentes naturales más valiosos que tiene Unión Hidalgo, recalca.
Laureano señala además que hay 18 cuerpos de agua afectados y secos por este megaproyecto.
“Del río Espíritu Santo al estero Espantaperros hay 4 kilómetros, y en esa distancia hay 18 puentes invadidos de piedra y que han provocado que 18 cuerpos de agua estén agonizando”, aseveró.
Citó al río Lodo, al arroyo Agua Dulce, al río Espíritu Santo y otros más por estar casi muertos a consecuencia de tanta piedra.
Aseguró que ese tipo de progreso no es lo que desean.
“Nos están quitando el sustento y la vida misma. El gobierno publica que la obra es un beneficio, quienes vivimos acá decimos que no.
“Y exhortamos a las autoridades a que detengan estas acciones de muerte para nuestro territorio, pues los afluentes no merecen morir por una obra de piedra y cemento”, enfatizó.
Pero eso no es todo, aparte del relleno de piedra con que están invadiendo los afluentes, la empresa utiliza un químico como de secado rápido, que está acabado con los mangles y animales que tenían como hábitat estos cuerpos de agua.
“Tendrán ellos sus estudios de impacto ambiental, pero a nosotros como comunidad nunca nos lo mostraron, no sabemos qué más daños tendremos”, dijo.
Esta obra también ocasionó la deforestación de 12 mil árboles ubicados sobre el derecho de vía (que abarcan 26 kilómetros de este megaproyecto) y en el Bosque Comunitario El Palmar, así lo denunció el activista ambiental Edgar Martín.
Édgar Martín interpuso un amparo que decretó la suspensión definitiva de la extracción en Loma Lope por carecer de autorización ambiental.
Sin embargo, las autoridades son omisas y la obra sigue su camino, como obra prioritaria.
El proyecto de la Línea K forma parte de la infraestructura del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) que incluye la rehabilitación de 459 kilómetros de vía férrea y 27 estaciones, incluyendo la de Unión Hidalgo, Oaxaca.