Nombrar los abusos sexuales y la orfandad en comunidades indígenas es también defensa del territorio, señala activista Ayuuk

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Defender el primer territorio que tenemos es nombrar abusos sexuales: Activista.
Diana Manzo

Oaxaca, Oax.- Para el activista Ayuuk Filadelfo Desiderio Aldaz, nombrar y visibilizar los abusos sexuales y la orfandad en comunidades indígenas es también defensa del territorio.

Originario de la comunidad Ayuuk de Estancia de Morelos del municipio de Santiago Atitlán, Oaxaca, y como sobreviviente de abusos sexuales en su niñez, Filadelfo puntualizó que defender la tierra no solo es luchar contra megaproyectos, sino también nombrar eso que no se ve, pero que violenta el alma y el ser.

Dijo que desafortunadamente en las comunidades que se rigen por usos y costumbres no se nombran las violaciones sexuales, ni acosos, ni la violencia familiar y tampoco hay un sistema que lo castigue o lo investigue.

Filadelfo, de 34 años de edad, tras casi 6 años de abandonar su territorio y refugiarse en la capital de Oaxaca decidió volver a impartir clases de Ayuuk a niñas y niños de su comunidad.

Pero se ha sorprendido que nada ha cambiado a lo que fue su infancia, pues siguen habiendo estas violencias sexuales infantiles.

Preocupado, dijo que no existe en los sistemas normativos internos una ley que les obligue a que en sus asambleas atiendan de forma integral a los sobrevivientes de abusos ni mucho menos de orfandad.

Expuso que Estancia de Morelos  es una comunidad migrante de por sí y que muchas niñas y niños viven con abuelos, tíos y familiares, sin tomar en cuenta sus emociones ni sentimientos.

“Llegar de nuevo, platicar y revalorizar el Ayuuk me está llevando a descubrir que hay emociones que calmar, que contener y que atender”, dijo.

Narró que conocer de cerca por medio de la enseñanza del Ayuuk otras realidades, lo obliga ahora a volver mensualmente a impartir las clases, y nombrar estas otras luchas internas.

“Nos  despedimos y acordamos las fechas de las siguientes clases: 7 y 8 de marzo. Tuve que aplazar las clases para cada mes, porque había sido pesado viajar cada 15 días, y el miércoles de ese día que viajé me dio una crisis de ansiedad y depresión.

“Porque ir al pueblo a revitalizar mi primera lengua es…”, compartió sus emociones sin poder concluir la frase.