Por Everardo R. Bohórquez y Cuevas, corresponsal
Ciudad de México, (pagina3.mx).- “José Luis Cuevas, Precoz. Imaginativo artista. En el retorno al origen, tu obra seguirá presente. Adiós colega”, así se despidió con este texto, el gran pintor oaxaqueño nacido en Zimatlán de Álvarez, Edmundo Aquino de José Luis cuevas, quien dejó de existir en la Ciudad de México, el pasado lunes 3 del presente julio.
Aquino, uno de nuestros grandes pintores de la actualidad y mundialmente conocido, publicó en La Jornada de este día, un reconocimiento al tiempo que una despedida al gran artista plástico José Luis Cuevas, “un animal artístico” como él se autonombraba, quien falleció a principios de esta semana.
En este mismo medio en su colaboración intitulada Monstruos, Claudio Lomnitz señala que no lo conoció, aunque si coincidió con el artista durante la infancia de ambos y este articulista llama al ahora fallecido, como el autor de “dibujos acuarelados” y que, su donjuanismo latin lover, lo convirtió en “… el Mauricio Garcés de nuestra alta cultura”.
CUEVAS Y LA CORTINA DEL NOPAL
Javier Aranda Luna, uno de los pocos que en este país escriben y razonan sobre literatura y artes nacionales y mundiales, relata que en 2008, con motivo de una reunión sobre el décimo aniversario luctuoso de Octavio Paz, le preguntó a Cuevas si éste seguía manteniendo su distancia respecto de Diego Rivera, a lo que el artista respondió que fue que se opuso al nacionalismo nacionalista que prevalecía en los años 50.
Aquel famoso texto fue publicado por Fernand Benítez, en el periódico Novedades en 1958; según el polémico artista la diatriba iba dirigida a Diego, pero sobre todo a Siqueiros por el manifiesto que lanzó “el Coronelazo “No hay más ruta que la nuestra”
OBITUARIO ANUNCIADO
Por su parte, la escritora Elena Poniatowska rememora la entrevista que le hizo a Cuevas en marzo de 2010, señalando que aquella conversación giró en torno a la muerte, relatando diversos aspectos de su salud, además de mencionar que sabía que los periódicos tienen ya preparados los obituarios de los personajes importantes como cuando Julio Scherer le ordenó a Leopoldo Rojas Zea, hacer el del propio José Luis: “Hazlo lo más extenso posible porque va a ser noticia de primera plana”.
Jocosamente Cuevas le pidió a Zea que le mostrara el escrito para que el propio pintor lo corrigiera y esa misma tarde, luego de conocer aquel texto biográfico dijo al propio Zea “Oye, aquí te faltan muchísimas cosas muy importantes” y las añadió. Asimismo, le corrigió la ortografía.
DESENCUENTROS E INTERESES
Sobre la polémica que se ha desatado sobre el virtual secuestro del pintor por parte de la segunda esposa del multifacético artista, Beatriz Bazán, la que no permitió desde hace más de tres años que las hijas del pinto, Ximena, Mariana y María José, volvieran a ver vivo a su padre, además de no les informó de su internamiento en el hospital donde murió ni que ello hubiese ocurrido.
La obra pictórica por comercializarse es de ganancias económicas no calculadas, además de estar en medio las instalaciones del Museo José Luis Cuevas, sito en el Centro Histórico de la Ciudad de México, aparte de la o las valiosas colecciones pictóricas ahí reunidas misma que integran el patrimonio museístico y que fue donado por José Luis, Bertha, la primera esposa y las hijas de ambos Ximena, Mariana y María José.
Quizá con el paso del tiempo se convierta ese valioso acervo en la “manzana de la discordia”, entre las hijas de Cuevas y la segunda esposa Beatríz Bazán, quien durante los funerales no expresó nada sobre el disgusto familiar, a pesar de que antes era muy extrovertida respecto a la obra y vida de su marido.
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