Fue la mejor ocasión porque luego el portugués se giró hacia sus compañeros y les pidió rabia.
La mejor ocasión fue una carrera loca, demagógica, de Cristiano detrás de un balón imposible.
Sin embargo, jugar a nada tiene una factura distinta: es difícil atrapar el sentido que le quiere dar al balón el Madrid.
En ambos el enfado tenía una atmósfera de chirigota; es decir, uno quiere y debería enfadarse, pero tanto el Madrid como el PSOE lo ponen difícil.
El juego horroroso del equipo se ha visto en muchas ocasiones, se ha analizado con bastante suerte y ha dejado tarde-noches memorables.
Fuente: http://deportes.elpais.com/deportes/2016/10/02/actualidad/1475439292_988401.html