ISAÍN MANDUJANO/ PROCESO
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 5 de diciembre (apro).- El indígena Agustín Gómez Pérez se inmoló esta tarde frente a las puertas del Congreso local para exigir al gobierno la libertad del maestro y líder social en el municipio de Ixtapa, Florentino Gómez Girón, acusado de abigeato por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Alrededor de las 17 horas de este viernes, el joven de 21 años y sobrino de Gómez Girón, se roció gasolina y, ya en el suelo, uno de sus acompañantes le prendió fuego ante la mirada expectante de curiosos.
Envuelto en llamas, Agustín Gómez gritaba y se sacudía, mientras mujeres y niños lloraban al ver el hombre convertido en una tea humana.
Pasaron algunos minutos antes de que paramédicos de Protección Civil lo tumbaran y cubrieran con toallas mojadas.
Una vez controlado el fuego, Gómez Pérez fue subido a una ambulancia y trasladado al Hospital Regional Rafael Pascacio Gamboa, ubicado a nueve calles del incidente.
Florentino Gómez Girón se encuentra detenido desde el pasado 1 de mayo. Su captura se produjo luego de participar en una marcha magisterial contra las reformas estructurales.
Está acusado de pretender comercializar varias cabezas de ganado que pertenecían a más de una veintena de familias expulsadas de la comunidad de Chigtón, municipio de Ixtapa, en agosto del 2012. A unas cinco familias les quemaron sus casas. El maestro es señalado también de promover esa expulsión.
La captura de Florentino Gómez Girón se derivó de la recomendación número 84/2013 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitida el 26 de septiembre de 2013, según informó una fuente del gobierno estatal.
Agustín de Jesús Pérez Gómez, líder y vocero del grupo de 20 familias –conformado por 81 personas, de los cuales 25 son hombres adultos, 20 mujeres, y 36 adolescentes y niños–, recordaron que el 30 de agosto del 2012 fueron expulsados de la comunidad de Chigton, en Ixtapa, por lo que siguen refugiados en un albergue de Chiapa de Corzo. Ellos acusan a Gómez Girón de estar tras el desplazamiento forzado que sufrieron.
Sin embargo, amigos y familiares de Florentino aducen que las acusaciones son infundadas y que no cejarán en su intento de conseguir su liberación.
Antes de la inmolación, los inconformes sólo se habían limitado a realizar una huelga de hambre y una crucifixión.
